ANXO QUINTANILLA LOUZAO, director de Canal 9 - Televisión pública de Valencia

’Todas las televisiones públicas nos enfrentamos a objetivos y a dificultades muy semejantes’

Productor y ejecutivo de televisión, desempeñó buena parte de su carrera en el sector en la TVG. Después se fue a montar La 7, de Murcia. Salió airoso del reto y desde allí fue a Valencia para hacerse cargo de Canal 9, la televisión pública de la Comunidad Valenciana. A ello dedica todos sus esfuerzos, que le sirven también para difuminar la morriña que a veces le asalta.
Hoy es uno de los popes de la gestión televisiva. El bagaje necesario para figurar entre los ejecutivos de televisión, lo forjó entre las paredes de las instalaciones de San Marcos, trabajando para la Televisión de Galicia, donde entre otros cometidos ejerció la dirección durante más de una década. Luego, vinieron los cambios de aires, primero a Murcia y ahora a Valencia.

¿Qué tal le sienta a un directivo de televisión salir fuera de Galicia? Muy bien. La televisión de la Comunidad Valenciana , por sus dimensiones y su equipo humano, forma parte de la primera división de las televisiones públicas en España. Y tiene todo lo que puede interesar a un profesional: un proyecto atractivo con vocación de crecer, una gran solidez como institución, un equipo muy comprometido y un entorno identificado con su televisión. Además la vida en Valencia es muy agradable.

Usted puso en marcha La 7 (Televisión de Murcia). ¿Qué balance hace ahora de esa experiencia? Fue muy estimulante hacer nacer una televisión, participar de ese momento en el que todos los días se toman decisiones importantes para el futuro, porque estás configurando tanto los medios técnicos y humanos, como la personalidad que tendrá el canal . Estoy muy satisfecho de haber colaborado a levantar una televisión que se puede considerar de vanguardia en el aspecto tecnológico y que tiene todos los mimbres para ser un medio de referencia en su territorio. Además, el entusiasmo de su plantilla, gente joven con muchas ganas de crear y de trabajar, conformaron un ambiente que recordaré siempre con cariño.

La 7 murciana funcionó muy bien desde su nacimiento. ¿Cuál fue el secreto? Además de los dos ingredientes que acabo de decir: la modernidad tecnológica y el trabajo de una plantilla joven, pero muy competente, creo que La 7 nació claramente orientada a ofrecer a su Comunidad una programación pensada por y para los propios murcianos. Y la gente de Murcia supo apreciar ese trabajo.

El paso por La 7 y ahora en la Televisión de Valencia ¿dejan lejos el tiempo en TVG? En absoluto. Para mi, TVG fueron veinte años muy intensos, una parte de mi vida que nunca voy a olvidar. Primero como director de producción, un puesto en el que acabé de formarme y en el que asenté mis ideas sobre los productos que podían interesar a la audiencia y que podían, al mismo tiempo, contribuir a crear en Galicia un sector que apenas existía. Y después, los años como director de TVG (1996-2005), en los que tuve oportunidad de poner en marcha muchas iniciativas. Algunas de ellas producían perplejidad entonces y hoy son rea lidades consolidadas. Poca gente creyó, por ejemplo, que la ficción producida en gallego pudiera tener el éxito que alcanzó.

Series como Pratos Combinados, Mareas Vivas, Rías Baixas o Libro de Familia (todavía en emisión) llevaron a la TVG a audiencias casi desconocidas hasta entonces. La audiencia media diaria en 2005 era del 18% El logro no fue solo la audiencia. Programas como los que usted cita, y también los musicales o de entretenimiento, fueron piezas fundamentales para crear y consolidar a nosa industria audiovisual. El crecimiento en platós, equipamientos, técnicos, actores , guionistas, etc., que hemos conocido en la última década es fruto de esta apuesta estratégica desde la Televisión de Galicia.

Canal 9 es una empresa pública, con casi 1.500 empleados, enclavada en una Comunidad Autónoma de gran pujanza económica, social e incluso política. ¿Percibe diferencias con Galicia? Hay una diferencia de tamaño, es evidente. Pero los objetivos son básicamente los mismos, pues todas las televisiones públicas queremos ofrecer información y entretenimiento en un marco de proximidad. El compromiso con la lengua y la realidad de la Comunidad es otro elemento común. Por otro lado, también las dificultades se parecen, pues todos nos dirigimos a un público cada vez más fragmentado.

¿Cuál va a ser el arma secreta de las televisiones públicas para poder competir en un mercado tan atomizado? Ser competitivo sin dejar de ser un servicio público . Y tenemos que generar un sentimiento de proximidad auténtica, porque conocemos bien el público al que nos dirigimos y porque compartimos con ese público la vida y el espacio de cada día. La información de nuestro entorno cotidiano puede ser muy atractiva. Y esa realidad cercana nadie la va a contar mejor que nosotros como televisión auto nómica. La música, el entretenimiento, la ficción hecha en la lengua de la Comunidad, el buen cine son bazas importantes en la Comunidad Valenciana. Claro, conviene ser realistas y entender bien el escenario: la fragmentación de las audiencias es un fenómeno imparable, que afecta de manera semejante a las grandes cadenas estatales y a los canales autonómicos. Además, la televisión tenía un lugar central en el ocio de muchos ciudadanos y ahora tenemos que aprender a compartir ese lugar con otras formas de información y de ocio: internet, los videojue gos, el i-pod...

¿Está presionado por los share? La audiencia es uno de los indicadores de la rentabilidad social de un medio . Hay otros indicadores que también se deben de tener en cuenta, claro, pero interesar a los ciudadanos es una de las tareas más bonitas y más complicadas de este oficio. Más que presionado, me siento estimulado.

¿Afectará de alguna forma el apagón analógico a las fórmulas televisivas actuales? La aparición de nuevos canales a través de las TDT supondrá que hay nuevos competidores. Pero también nuevas oportunidades para nosotros de crear canales especializados en información, cultura, programación infantil, deportes. Creo que a los que asumimos tareas directivas nos toca afinar el olfato para proponer formatos y contenidos interesantes, para buscar talento que los ponga en pie y para diseñar estrategias de programación adecuadas.

Dígame que alguna vez siente morriña.

Alguna vez. Pero tengo un trabajo tan apasionante que no me dura mucho.

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