El jueves arrancó, a lo grande, el Entroido de Verín con la primera noche de fiesta colectiva, en la que las gabardinas, los bigotes pintados y los petardos, así como las antorchas, reinaron por las calles de la villa.
En esta noche de hombres, son cada vez más las mujeres que también se animan a participar, cambiando por unas horas su rol y disfrazándose como si fuesen hombres.
La fiesta, como lo hará dentro de siete días el Xoves de Comadres, arrancó con una buena cena en la que los grupos de amigos compartieron mesa y mantel, acompañando los productos típicos del Entroido, con el cocido como plato estrella, de los caldos de la denominación de Origen Monterrei en cualquiera de los restaurantes de la villa.
Con la llegada de la medianoche, las pandillas de hombres se lanzaron a recorrer las calles de la localidad en compañía de las charangas y del carro del Meco hasta llegar a la Plaza Mayor, donde se procedió al juicio del Maragato.
El domingo será la primera concentración de los cigarrones, que esperarán a los feligreses a la salida de misa.