Verinenses y visitantes vivieron en la mañana su Domingo Corredoiro con intensidad y entusiasmo. Como marca la tradición, a las 11:30 en punto de la mañana, los cigarrones se concentraron en la avenida de Castela para ir a recibir a los feligreses y feligresas a la salida de las iglesias de los Padres Mercedarios y la parroquial.
Tras cumplir con el rito, en el que el poder sagrado da permiso a los acólitos de don Carnal para que den rienda suelta a su troula por unos días, los cigarrones -de todas las edades- empezaron su recorrido por las calles y plazas de la villa, con sus zamarras o látigos listos para reconvenir a los viandantes.
A su paso, los vecinos de la villa y visitantes les animaban, con sus respectivos disfraces de Entroido, algunos de los cuales volverán a lucirse en el gran desfile de la semana que viene.
En torno a las 13:30 horas, se dio lugar al pregón, a cargo de un afamado entroideiro, Antonio Fernández Torcuato “Cesteiro”, dueño del pub Revólver, que animó a a disfrutar de una semana larga de fiesta. La disco móvil A Gramola, Los Támega, Alerta 112 o Abóbriga pusieron la nota musical a la jornada.
