Ninguno de los líderes políticos del país llega a una nota de cuatro sobre diez, según el último barómetro realizado por el CIS

El 90% de los españoles no confía en Mariano Rajoy ni en Pérez Rubalcaba

Algunos dirigentes políticos y analistas vuelcan de cuando en cuando en sus declaraciones y estudios la necesidad de una segunda transición para intentar la reconciliación de las instituciones con los ciudadanos tras una desconfianza que se ha ido acrecentando de forma paralela a la crisis económica. A la espera del significado exacto de esa propuesta, cuyo contenido varía en función de quien la plantee, los datos del último barómetro del CIS, hecho público ayer, sí ponen de manifiesto que, con independencia del nombre que se le quiera dar, es necesaria una reflexión profunda y la adopción de medidas.
El PP y el PSOE siguen bajando su apoyo ciudadano, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba continúan perdiendo valoración entre los españoles y casi el 90 por ciento no confía en ellos, ningún líder político llega a una nota de cuatro sobre diez, la Monarquía se asoma a los principales problemas de los encuestados en una lista encabezada por el paro, la corrupción y el fraude...

Lo que queda claro es que la situación está lejos de la vivida en la que podría denominarse primera transición. En ese momento, el reconocimiento al papel de la Corona fue generalizado y eran evidentes las reticencias a instituciones que se han ganado el aprecio ciudadano y hoy, como pone de manifiesto el CIS, gozan del mayor aprecio de los españoles: la Guardia Civil, la Policía y las Fuerzas Armadas.

El panorama no es nada halagüeño y sólo Izquierda Unida y UPyD, aunque sus líderes pierden también respaldo respecto a la última encuesta, realizada en enero, pueden expresar cierta satisfacción porque suben ligeramente en sus expectativas de voto.

Se trata de un paso más en su anhelo de que el bipartidismo de hecho pase a la historia y aumente su capacidad de influencia en la política española.

El PP también puede sacar pecho porque no sólo sigue siendo el primer partido entre las preferencias de los encuestados, sino que aumenta hasta 5,8 puntos su distancia respecto al PSOE (un 34 por frente a un 28,2 por ciento).

Pero no se trata de un logro propio, sino de un demérito de los socialistas. Los dos partidos bajan en comparación con la consulta de hace tres meses, pero el de Rubalcaba lo hace con mayor intensidad dando argumentos a la sentencia del que fuera primer ministro italiano Giulio Andreotti de que el poder desgasta, sobre todo, al que no lo tiene.

Entre los ministros, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, es la que obtiene la mejor nota, pero basta citar la que consigue, un 3,06 sobre 10, para hacerse una idea de la valoración del resto de sus compañeros de Gabinete.

No es una panacea, pero el Gobierno tiene depositadas muchas esperanzas en la ley de Transparencia, actualmente en trámite parlamentario, para revertir la situación que está provocando en partidos e instituciones la gota malaya de la desconfianza.

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