Las armas de la red desmantelada se utilizaron para cometer crímenes

La red de tráfico de armas desmantelada la pasada semana en Barcelona, Castellón y La Rioja, que vendía armamento inutilizadas legalmente y que luego las modificaba en un taller clandestino para hacerlas de nuevo operativas, vendió algunas armas que fueron utilizadas para cometer delitos de sangre en España y en el extranjero.
Según informó el portavoz de la Guardia Civil de Barcelona, Francisco José García, se trata de 'una de las mayores redes de tráfico de armas' del país, que pudo llegar a introducir unas 3.000 armas en el mercado negro, vendidas a delincuentes, entre las cuales hay subfusiles.

En la operación 'Hierros', los agentes detuvieron a dos responsables de una armería de Viladecans, a las dos personas que regentaban el taller de Castellón --del clan gitano Gabarrí, según informaron fuentes cercanas al caso-- e imputaron al responsable de la armería de La Rioja, todos españoles.

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