La Policía Nacional ha desarticulado un grupo organizado dedicado al cultivo de marihuana en una hípica abandonada de Breda (Girona) y dos casas de Corbera de Llobregat (Barcelona), con la detención de cuatro personas.
Según han informado fuentes policiales, los agentes han intervenido 1.700 plantas, nueve kilos de marihuana envasados al vacío y dispuestos para su comercialización en bolsa de plástico, dos armas de fuego con munición, dos básculas, tres machetes de grandes dimensiones, móviles y documentación relacionada con su actividad.
El registro policial localizó en el garaje de una de las viviendas unifamiliares una sofisticada plantación de marihuana, cuya instalación había sido concebida de modo que quedaba oculta tras un plafón de herramientas en un habitáculo perfectamente acondicionado en iluminación, ventilación, temperatura y humedad.
El local estaba provisto de semillas, acelerante de floración, fertilizantes, máquina para la medición del grado de PH del agua, así como gran cantidad de útiles y productos para llevar a cabo el cultivo hidropónico de marihuana.
En la misma vivienda se llevaba a cabo el proceso de secado y triturado de las plantas para, posteriormente, proceder a su envasado al vacío y dispuesto para su distribución y venta en paquetes de nueve kilos y bolsas unidosis, y en otra próxima disponían de una instalación de similares características y con idéntica función.
En Breda, el grupo había habilitado una gran plantación en el picadero de una hípica abandonada, cuya instalación estaba acondicionada de forma similar a la de las viviendas de Corbera, de modo que permitiera materializar el proceso completo de cultivo.
EMPRESA PANTALLA
El grupo estaba perfectamente organizado y con una distribución específica de funciones, cuyo máximo responsable, un ciudadano estadounidense de origen cubano, realizaba los pedidos a Holanda de productos y sustancias relativos al cultivo de marihuana mediante una empresa pantalla con domicilio social en Barcelona.
La sociedad mercantil supuestamente tenía por objeto la adquisición, tenencia y gestión de valores de fondos de sociedades, y a través de ella blanqueaba los beneficios ilícitos obtenidos.
Su persona de confianza era la encargada de la recepción de los envíos y un tercer individuo, con la cualificación profesional adecuada, era el responsable de materializar las instalaciones técnicas para las plantaciones, su mantenimiento, labores de cultivo y procesamiento de la droga. Por otra parte, la mujer del máximo responsable del grupo era la supuesta encargada de llevar a cabo el blanqueo de dinero.
Los cuatro detenidos, a quienes se les imputan los presuntos delitos de tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas y blanqueo de capitales, pasaron a disposición judicial, y tres de ellos ingresaron en prisión.
El registro policial localizó en el garaje de una de las viviendas unifamiliares una sofisticada plantación de marihuana, cuya instalación había sido concebida de modo que quedaba oculta tras un plafón de herramientas en un habitáculo perfectamente acondicionado en iluminación, ventilación, temperatura y humedad.
El local estaba provisto de semillas, acelerante de floración, fertilizantes, máquina para la medición del grado de PH del agua, así como gran cantidad de útiles y productos para llevar a cabo el cultivo hidropónico de marihuana.
En la misma vivienda se llevaba a cabo el proceso de secado y triturado de las plantas para, posteriormente, proceder a su envasado al vacío y dispuesto para su distribución y venta en paquetes de nueve kilos y bolsas unidosis, y en otra próxima disponían de una instalación de similares características y con idéntica función.
En Breda, el grupo había habilitado una gran plantación en el picadero de una hípica abandonada, cuya instalación estaba acondicionada de forma similar a la de las viviendas de Corbera, de modo que permitiera materializar el proceso completo de cultivo.
EMPRESA PANTALLA
El grupo estaba perfectamente organizado y con una distribución específica de funciones, cuyo máximo responsable, un ciudadano estadounidense de origen cubano, realizaba los pedidos a Holanda de productos y sustancias relativos al cultivo de marihuana mediante una empresa pantalla con domicilio social en Barcelona.
La sociedad mercantil supuestamente tenía por objeto la adquisición, tenencia y gestión de valores de fondos de sociedades, y a través de ella blanqueaba los beneficios ilícitos obtenidos.
Su persona de confianza era la encargada de la recepción de los envíos y un tercer individuo, con la cualificación profesional adecuada, era el responsable de materializar las instalaciones técnicas para las plantaciones, su mantenimiento, labores de cultivo y procesamiento de la droga. Por otra parte, la mujer del máximo responsable del grupo era la supuesta encargada de llevar a cabo el blanqueo de dinero.
Los cuatro detenidos, a quienes se les imputan los presuntos delitos de tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas y blanqueo de capitales, pasaron a disposición judicial, y tres de ellos ingresaron en prisión.
