La Guardia Civil ha detenido en Madrid a cinco presuntos autores del robo de más de mil furgonetas durante los dos últimos años, que, posteriormente, desmontaban para comercializar sus piezas en Marruecos.
Según ha informado la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, cuatro de los cinco detenidos, de origen magrebí, se dedicaban a la sustracción de los vehículos: M.F. de 49 años; K.L. de 36 años; R.A. de 38 años y M.J. de 22 años.
Mientras, el quinto detenido, F.J.L., español de 54 años, era el propietario del taller donde se desmontaban las furgonetas para su despiece.
La operación, denominada 'Chimenea', se inició el pasado mes de febrero cuando la Guardia Civil detectó un incremento en el robo de furgonetas.
Más tarde, los agentes advirtieron de que en la Cañada Real (Madrid) había un asentamiento de un grupo de ciudadanos de origen magrebí que realizaba labores de desmontaje de piezas de automóvil en parcelas y descampados de la zona.
Como consecuencia de las diversas operaciones que se estaban llevando a cabo en el poblado, la Guardia Civil asegura que la red ante la sospecha de que su actividad estaba siendo vigilada, se trasladó a la localidad madrileña de Villaverde.
Durante la investigación, se observó que estas personas visitaban 'continuamente' una nave de un polígono industrial dedicado al desguace de vehículos en Fuenlabrada y cuando los agente acudieron allí, hallaron dos automóviles que habían sido descuartizados el día anterior, a los ya se les habían recortado el chasis en varios trozos con una radial.
Tras los registros efectuados, se intervinieron un revólver, una escopeta, gran cantidad de placas de matrícula, números de bastidor recortados de los coches sustraídos, ruedas, motores, puertas, radiocasetes, útiles para el robo y documentos de los vehículos.
Mientras, el quinto detenido, F.J.L., español de 54 años, era el propietario del taller donde se desmontaban las furgonetas para su despiece.
La operación, denominada 'Chimenea', se inició el pasado mes de febrero cuando la Guardia Civil detectó un incremento en el robo de furgonetas.
Más tarde, los agentes advirtieron de que en la Cañada Real (Madrid) había un asentamiento de un grupo de ciudadanos de origen magrebí que realizaba labores de desmontaje de piezas de automóvil en parcelas y descampados de la zona.
Como consecuencia de las diversas operaciones que se estaban llevando a cabo en el poblado, la Guardia Civil asegura que la red ante la sospecha de que su actividad estaba siendo vigilada, se trasladó a la localidad madrileña de Villaverde.
Durante la investigación, se observó que estas personas visitaban 'continuamente' una nave de un polígono industrial dedicado al desguace de vehículos en Fuenlabrada y cuando los agente acudieron allí, hallaron dos automóviles que habían sido descuartizados el día anterior, a los ya se les habían recortado el chasis en varios trozos con una radial.
Tras los registros efectuados, se intervinieron un revólver, una escopeta, gran cantidad de placas de matrícula, números de bastidor recortados de los coches sustraídos, ruedas, motores, puertas, radiocasetes, útiles para el robo y documentos de los vehículos.
