Un abogado de la acusación lo comparó con 'una especie de Gran Hermano que todo lo escuchó'

Garzón asume las decisiones que tomó en el 'caso Gürtel'

Ignacio Peláez, durante su intervención en el juicio por las escuchas ilegales del 'caso Gürtel'.
'Asumo todas y cada una de las decisiones, que fueron tomadas reflexivamente y en cumplimiento de la más estricta legalidad'.
Así se expresó ayer el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón al ejercer su derecho a la última palabra durante la vista por las escuchas a los imputados de la trama Gürtel con sus abogados en prisión. Los abogados de la acusación, que no busca una condena 'represiva' y 'ejemplar' del magistrado, señalaron que persigue la definición de unos límites que demuestren que 'el fin no justifica los medios'. Por ello han advertido sentirse 'completamente vigilados' en un 'Estado policial' y que el juez se convirtió en 'una suerte de Gran Hermano que todo lo escuchó'.

El juicio del juez Baltasar Garzón ha quedado visto para sentencia después de que el magistrado ejerciera su derecho a la última palabra y negara que le guiara una 'razón de Estado' en su actuación, por la que se enfrenta a penas de inhabilitación de hasta 17 años.

Así, sin su toga y siguiendo con la afonía que sufre desde el inicio de esta semana, el juez ha recordado que hacía uso de la palabra porque será la última vez que pueda hacerlo 'ante un tribunal de justicia español en este caso'. Soy juez central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional y llevo en ese juzgado 23 años de los 31 que formo parte de la carrera judicial', ha manifestado Garzón al inicio de su turno.


ASUME LAS DECISIONES

'En la competencia' que le da ese cargo, el magistrado ha señalado que asume todas y cada una de las decisiones, que fueron tomadas ' reflexivamente en y en cumplimiento de la más estricta legalidad, interpretando las normas nacionales y también de los convenios internacionales en los que España es parte '.

Por otro lado, el abogado de la acusación Ignacio Peláez ha defendido ante el Supremo que no busca una condena 'represiva' y 'ejemplar' del juez Garzón, sino la definición de unos límites que demuestren que 'el fin no justifica los medios' y, en consecuencia, que los letrados puedan hablar 'libremente' en prisión hasta con el más 'repudiable' de sus clientes.

Por su parte, el abogado Pablo Rodríguez-Mourullo, que representa al imputado en 'Gürtel' Pablo Crespo, compoaró al juez suspendido con 'una suerte de Gran Hermano' que todo lo escuchó durante la etapa en la que instruyó esta causa en la Audiencia Nacional. 'La única manera de preservar el derecho de defensa era no escuchando', agregó, para subrayar que no puede entender las supuestas órdenes dadas a los policías que grababan para que preservaran dicho derecho, porque ello no era posible una vez comenzaron a escucharles.

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