El juicio contra los etarras de Santa Pola, visto para sentencia

El fiscal Miguel Ángel Carballo consideró ayer que es un 'milagro' que en el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) en 2002, en el que murieron una niña y un jubilado y hubo 55 heridos, 'no hubiese más víctimas mortales y heridos de mayor gravedad'.
Así lo manifestó el fiscal en la última sesión del juicio que se celebró en la Audiencia Nacional contra los etarras Oscar Zelarain y Andoni Otegi -que no usaron su turno de última palabra- por ese atentado perpetrado el 4 de agosto de 2002, hechos por los que la Fiscalía y las acusaciones pidió 1.180 años de cárcel para cada uno, además una indemnización de 350.000 euros a los padres de la pequeña , 250.000 para los herederos del jubilado, 5.000 euros para los tíos de la niña, cuyo hijo de 3 años resultó herido en el atentado y 125.600 euros para los perjudicados.

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