Una manifestación variopinta en Palma

Un grupo de los convocados por Assemblea Republicana de Mallorca. (Foto: ALONSO GAMERO)
Poco antes de las diez de la mañana entraba en el recinto judicial el automóvil Ford del modelo C-Max a bordo del cual iba la hija menor del rey.
A las siete, lo había hecho el juez castro, en moto. Cuando el vehículo descendió por la rampa por la que hace casi un año caminó su esposo Iñaki Undargarín para comparecer ante el juez José Castro, hacía tres horas que funcionaba el cordón montado por la Policía Nacional para velar por la seguridad de la infanta. Los manifestantes, que al saber que la infanta se encontraba ya en los juzgados reaccionaron con abucheos y gritos, se mantuvieron detrás de las vallas colocadas por las policías Nacional y Local, y dentro del perímetro de seguridad establecido.

'El despliegue policial fue excesivo', señalaba Miguel Mascaró, dirigente de Unidad Cívica por la República de Baleares, la plataforma que convocó la concentración, a la que, al hilo de la gran atención mediática despertada por la declaración de la infanta, se unió un variopinto grupo con distintas reclamaciones.

El grueso de la manifestación, que fue secundada por unas trescientas personas, estuvo formado por partidarios de la tercera república, algunos de ellos con banderas republicanas, comunistas o independentistas catalanas, así como por empleados de la embotelladora que Coca Cola planea cerrar en Palma. 'Estamos aquí para aprovechar la presencia de medios y dar a conocer el conflicto en la empresa Coca Cola', explicó el secretario del comité de empresa Juanjo Bustins, mientras sus compañeros gritaban 'Ni Coca Cola ni In-Fanta'.


ACTIVISTAS DE IBIZA

Junto a los empleados del fabricante de refrescos, sin duda quienes más ruido hicieron con sus silbatos y trompetillas, también participó en la manifestación un reducido grupo de activistas de Ibiza que aprovecharon el notable despliegue periodístico para protestar contra las prospecciones petrolíferas que se proyectan hacer en aguas próximas al archipiélago balear.

También en la concentración había personas exigiendo democracia, pidiendo al juez Castro mano dura contra la corrupción, reclamando poner fin a los desahucios por impago de las hipotecas, o protestando por la aplicación en el sistema de enseñanza de Baleares del decreto que establece una educación de carácter trilingüe. Unos portaban carteles escritos en catalán con el lema 'Rampa de los duques de Palma de Mallorca' en alusión a la famosa cuesta de acceso a los juzgados de la ciudad, y otro manifestante llevaba un cartel que decía 'Libra-Noós de la Korrupción'.

Los cerca de doscientos efectivos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegaron en las inmediaciones del edificio de los tribunales de Palma mantuvieron a los manifestantes alejados de la infanta y de la puerta trasera por la que entró para declarar. La protesta callejera tuvo hasta cierto tinte festivo, lo que permitió a efectivos de la Policía Nacional relajarse con un desayuno con compañeros en las cafeterías del vecindario que abrieron para hacer caja.

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