La mujer de 25 años y nacionalidad marroquí acusada de asesinar a su bebé recién nacido arrojándolo desde un azotea, el 15 de marzo de 2011 en El Ejido (Almería), ha asegurado durante la primera sesión del juicio con jurado que no se acuerda 'de nada' de lo ocurrido aquel día.
En su exposición previa ante el jurado, la Fiscal ha calificado los hechos de un delito de asesinato con la agravante de parentesco, por el que solicita una pena de 20 años de prisión.
El abogado defensor ha alegado la concurrencia de una eximente de trastorno mental transitorio y las atenuantes de miedo insuperable y arrebato y obcecación, y ha subrayado que la mujer 'no sabía lo que hacía en aquel momento', por lo que ha interesado su absolución, o en su defecto que se califiquen los hechos como homicidio imprudente.
La acusada, F.K., que ha necesitado intérprete para testificar, ha dicho que no tenía nada que declarar porque no se acuerda 'de nada'.
Con respuestas breves a las preguntas de la Fiscal, ha dicho que lleva en España una década y que vivía en El Ejido con sus padres y sus tres hermanas, dos de ellas menores.
Ha insistido en que no se acuerda 'de nada' de lo ocurrido aquel día, ni siquiera de si fue a trabajar o si estuvo en el hospital tras dar a luz en la azotea de su vivienda.
La Fiscal ha leído ante el jurado su escrito de calificación, en el que relata que la mujer ocultó su embarazo a su entorno familiar y laboral mediante una faja, algo que la acusada ha admitido a preguntas de su abogado.
Los hechos ocurrieron el 15 de marzo de 2011 por la noche, cuando la mujer dio a luz por sus propios medios en la azotea de su vivienda, ubicada en la céntrica calle ejidense de Maestro José Ruiz, a una niña bien formada, ha resaltado la Fiscal.
Después, continúa el escrito, cortó el cordón umbilical con las manos y, 'con intención de acabar con su vida, arrojó al bebé desde una altura de veinte metros entre el hueco que había entre el edificio donde radica su vivienda y el colindante'.
La niña falleció como consecuencia de las 'gravísimas lesiones cráneo-cerebrales sufridas al caer sobre el polo cefálico', señala la Fiscal en su escrito.
A continuación, según el Ministerio Público, la acusada limpió la azotea y regresó a su domicilio, donde se encontraban sus familiares y a los que no contó nada de lo ocurrido.
No obstante, la acusada pidió a su familia que llamara una ambulancia ante los fuertes dolores abdominales que sufrió tras el parto y fue trasladada al Hospital de Poniente de El Ejido, donde fue detenida al día siguiente después de que los médicos avisaran a la Policía Nacional por los síntomas que presentaba de haber dado a luz.
Aunque en un primer momento la mujer negó haber dado a luz, finalmente lo reconoció y admitió que había abandonado a su bebé en un callejón cercano a su vivienda, donde el cadáver fue encontrado por los agentes.
El abogado defensor ha alegado la concurrencia de una eximente de trastorno mental transitorio y las atenuantes de miedo insuperable y arrebato y obcecación, y ha subrayado que la mujer 'no sabía lo que hacía en aquel momento', por lo que ha interesado su absolución, o en su defecto que se califiquen los hechos como homicidio imprudente.
La acusada, F.K., que ha necesitado intérprete para testificar, ha dicho que no tenía nada que declarar porque no se acuerda 'de nada'.
Con respuestas breves a las preguntas de la Fiscal, ha dicho que lleva en España una década y que vivía en El Ejido con sus padres y sus tres hermanas, dos de ellas menores.
Ha insistido en que no se acuerda 'de nada' de lo ocurrido aquel día, ni siquiera de si fue a trabajar o si estuvo en el hospital tras dar a luz en la azotea de su vivienda.
La Fiscal ha leído ante el jurado su escrito de calificación, en el que relata que la mujer ocultó su embarazo a su entorno familiar y laboral mediante una faja, algo que la acusada ha admitido a preguntas de su abogado.
Los hechos ocurrieron el 15 de marzo de 2011 por la noche, cuando la mujer dio a luz por sus propios medios en la azotea de su vivienda, ubicada en la céntrica calle ejidense de Maestro José Ruiz, a una niña bien formada, ha resaltado la Fiscal.
Después, continúa el escrito, cortó el cordón umbilical con las manos y, 'con intención de acabar con su vida, arrojó al bebé desde una altura de veinte metros entre el hueco que había entre el edificio donde radica su vivienda y el colindante'.
La niña falleció como consecuencia de las 'gravísimas lesiones cráneo-cerebrales sufridas al caer sobre el polo cefálico', señala la Fiscal en su escrito.
A continuación, según el Ministerio Público, la acusada limpió la azotea y regresó a su domicilio, donde se encontraban sus familiares y a los que no contó nada de lo ocurrido.
No obstante, la acusada pidió a su familia que llamara una ambulancia ante los fuertes dolores abdominales que sufrió tras el parto y fue trasladada al Hospital de Poniente de El Ejido, donde fue detenida al día siguiente después de que los médicos avisaran a la Policía Nacional por los síntomas que presentaba de haber dado a luz.
Aunque en un primer momento la mujer negó haber dado a luz, finalmente lo reconoció y admitió que había abandonado a su bebé en un callejón cercano a su vivienda, donde el cadáver fue encontrado por los agentes.
