El Senado concluirá definitivamente la renovación de los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde en el Pleno del próximo 2 de diciembre, poniendo así fin a un proceso que finalizará con tres años de retraso como consecuencia de la falta de acuerdo entre los dos principales partidos. Según confirmaron fuentes parlamentarias, la Junta de Portavoces del Senado acordó ayer incluir la renovación del TC como último punto del día en el próximo Pleno de la Cámara.
Tras el largo proceso de negociación, esta votación final se retrasó aún después de logrado el acuerdo para esperar a la elección que también debe realizar el Congreso y facilitar así que la nueva presidencia del Tribunal sea elegida con los ocho jueces ya renovados. Sin embargo, en la Cámara Baja aún no hay fecha para la renovación y los partidos ni siquiera hicieron públicos sus candidatos.
En el Pleno del día 2, el Senado elegirá como nuevos miembros del alto tribunal a Francisco José Hernando, Adela Azúa, Luis Ignacio Ortega y Francisco Pérez de los Cobos.
El retraso para lograr un acuerdo sobre estos cuatro nombres generó un problema que obligó a las Cortes Generales a acortar su mandato, descontándoles de los nueve años que establece la Constitución los tres años que se ha retrasado su nombramiento para adecuar su permanencia en el tribunal a los tiempos que hubieran regido si hubieran sido elegidos cuando correspondía, en 2007.
El objetivo es evitar que, en lo sucesivo, la renovación en el Senado y en el Congreso de los Diputados sea siempre a la vez, ya que la Constitución manda que la elección de los doce jueces se produzca por tercios y cada tres años.
En el Pleno del día 2, el Senado elegirá como nuevos miembros del alto tribunal a Francisco José Hernando, Adela Azúa, Luis Ignacio Ortega y Francisco Pérez de los Cobos.
El retraso para lograr un acuerdo sobre estos cuatro nombres generó un problema que obligó a las Cortes Generales a acortar su mandato, descontándoles de los nueve años que establece la Constitución los tres años que se ha retrasado su nombramiento para adecuar su permanencia en el tribunal a los tiempos que hubieran regido si hubieran sido elegidos cuando correspondía, en 2007.
El objetivo es evitar que, en lo sucesivo, la renovación en el Senado y en el Congreso de los Diputados sea siempre a la vez, ya que la Constitución manda que la elección de los doce jueces se produzca por tercios y cada tres años.
