Las ventajas se basan en el buen momento hipotecario, la inversión a medio plazo y la personalización de la construcción
El fin de la crisis recupera una de las actividades que el mercado inmobiliario dejó aparcadas: la autopromoción o autoconstrucción. Es decir, que el promotor sea el propio dueño de la parcela y futuro propietario de la vivienda. Esta modalidad constructiva retoma cierto empuje y Las Cuentas Claras le dedica una de sus secciones. El arquitecto Daniel López es quien se encarga de desgranar las características de la propuesta. Recuerda que “los dos principales costes a la hora de construir tu vivienda son el precio de la finca (precio del suelo) y el precio de la construcción de la casa (precio obra) y normalmente, para uno de ellos o para ambos, solicitarás una hipoteca al banco”. Sobre el préstamo hipotecario David López señala que el flujo crediticio recupera su tono y a unos intereses asumibles.
En cuanto a la compra del solar indica que “hoy es seguramente uno de los mejores momentos de los últimos 10 años para adquirir suelo para edificar”. Alude a que las estadísticas indican que el precio por metro cuadrado de suelo urbano “comienza a recuperarse después de casi nueve años de intensa caída, pero encontrándose todavía prácticamente a mitad de precio que en el año 2007”.
Daniel López alude también a que “contar con un proyecto bien definido, con el diseño y el presupuesto que se ajuste bien a tus necesidades, para presentar ante la entidad bancaria y sobre todo, para que te presupuesten distintas constructoras, es la mejor garantía para tomar la mejor decisión y el soporte imprescindible para evitar los habituales sobreprecios en el ámbito de la construcción”.
Este arquitecto plantea esta alternativa como solución a una vivienda personalizada y como una buena inversión a medio y largo plazo.
