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Las cosas de comer se abren paso en España

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photo_camera Torres de alta tensión en un parque eólico.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido centrarse en la recuperación económica y el desarrollo de los Presupuestos, mediante una estrategia más basada en la pura gestión que en las audaces reformas legislativas, tan del gusto de este ejecutivo de coalición. Tal vez para que en las próximas elecciones nadie vuelva a sacar aquello de The economy, stupid (La economía, estúpido), el mensaje ganador de la campaña que en 1992 llevó al entonces brillante demócrata Bill Clinton a la presidencia de la primera potencia mundial, dejando al pobre republicano George H. W. Bush (padre) tirado en la cuneta.

En un país como España donde no hay consenso económico ni sobre su penoso diagnóstico, es comprensible que se produzcan los bandazos, ya que ahora están en juego las cosas de comer –léase las del supermercado, pero también las que venden en las gasolineras y, cómo no, la luz y el gas–, mientras que todo aquello de la política emocional ve reducido su espacio. Toca ponerse las pilas, más que divagar.

A estas alturas, el Gobierno sabe que o maneja bien la economía y esta crece lo necesario para que haya riqueza suficiente para poder repartirla o las cosas se le pueden poner algo más que feas; máxime cuando la derecha está al acecho. Si bien el PP tiene grandes lagunas electorales, debidas a su falta de empatía con Cataluña o Euskadi, mantiene sus feudos –Galicia entre ellos– y puede reconquistar otros, con Andalucía en el punto de mira de todos.

La gestión económica se convierte en una prioridad del Gobierno de Sánchez, empezando por su presupuesto y los fondos europeos

El problema es la gestión por una doble razón: la ejecución presupuestaria interna es baja –por increíble que parezca en España cuesta invertir bien y a tiempo el dinero público– y la ejecución de los fondos europeos, aún lo es más.

Este Gobierno ha tenido la “suerte”, dentro de la desgracia de la pandemia, de no estar sujeto a la regla de gasto, lo que le permitió dar rienda suelta a la deuda pública. Y, por si fuese poco, ha tenido el regalo de miles de millones de euros de los fondos europeos. Es decir, si no sabe gestionar semejante caudal de dinero no solo habrá perdido España una gran oportunidad, sino que lo más probable es que Pedro Sánchez acabe mal. La ventaja del PSOE es que está en su mano remediarlo, si se centra.

Los socialistas también saben que 2023 marcará un antes y un después en todo esto: se acabará la barra libre del Banco Central Europeo y si los fondos de Next Generation EU no funcionan la gente empezará a darse cuenta. Dicho de otro modo: el Gobierno no puede seguir viviendo de la expectativa de que España va a crecer mucho, lo cual es cierto, pero no más que otra cosa, que es real y no una mera expectativa: España va en el furgón de cola en crecimiento entre los países desarrollados.

De cumplirse las previsiones del Gobierno en su proyecto de Presupuestos del Estado para 2022 el crecimiento acumulado alcanzaría un 1,6 % en el trienio 2020-2022, aún muy por debajo de la media de la eurozona, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cálculos del profesor Albino Prada revelan que España crecería en el trienio apenas un 0,3% neto –entre el desplome de 2020 y la recuperación de 2021-2022– mientras la eurozona lo haría un 2,7 % de acuerdo con las previsiones actuales.

La gente corriente, el votante medio, puede que no sepa los detalles de todas estas cosas de la macroeconomía, pero cuando vaya a votar sí va a saber si le va mejor, peor o igual que con Mariano Rajoy.



AL ALZA | Los precios

Ya solo la gente mayor se acuerda de que hubo años en los que todo subía como la espuma, con cifras de inflación que asustaban. El final del franquismo y el comienzo de la democracia fue terrible en ese sentido. Por eso el profesor Fuentes Quintana intentó poner orden. Las nuevas generaciones, ya con el euro, han vivido prácticamente sin inflación, aunque con otro tipo de precariedades. Ahora que la inflación ha vuelto, seguramente el Banco Central Europeo actuará. Pero eso no será gratis.

A LA BAJA |  El rigor

En España se abren debates artificiales con una facilidad pasmosa. Ahora se ha puesto de moda ver qué comunidades reciben más y menos fondos de los presupuestos. En cambio, poca gente se fija en lo que realmente se ejecuta de los presupuestos, que es lo real. Son cosas muy diferentes que habitualmente no coinciden. Por otra parte, para llegar a conclusiones rigurosas habría que analizar las ejecuciones presupuestarias en varias anualidades, no solo en un año. Pero el rigor cotiza a la baja.



PROTAGONISTAS

OLAF SCHOLZ, Líder del SPD

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El probable nuevo canciller de Alemania, socialdemócrata, no tardará en ser la nueva referencia de la política española. Una, porque Alemania tiene peso suficiente en la UE para imponerse. Y dos, por el papel de Scholz en la Internacional Socialista.

FELIPE GONZÁLEZ. Expresidente del Gobierno

Casualidad o no, la previsible vuelta al poder en Alemania del SPD –el partido que alumbró el camino político de Felipe González en España, del mismo modo que inspiró su política económica– coincide en el tiempo con su abrazo a Pedro Sánchez.

PEDRO SÁNCHEZ. Presidente del Gobierno

El probable Gobierno de los socialdemócratas del SPD, los Verdes y los liberales del FDP en Alemania se parece más al que hay ahora en España que el anterior de la CDU con el SPD. Pero el matiz de la ausencia de liberales en España no es menor.

Si de alguien se fían los alemanes –y alemanas– que gobiernan en Berlín, Fráncfort y Bruselas es de esta coruñesa nacida en una familia socialista y republicana, convertida en una política tecnócrata. Su sintonía con Scholz no le vendrá mal a Sánchez.

 

@J_L_Gomez

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