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Procedimientos en el cierre contable

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photo_camera Cuadro del cierre contable.

Antes de la Formulación de las Cuentas Anuales, debemos realizar un análisis contable de la Sociedad, para comprobar que la información recogida en las cuentas anuales es correcta.

A finales de cada ejercicio nos encontramos con la necesidad de realizar el cierre de la contabilidad de nuestras Sociedades. Dependiendo del tipo de Sociedad nos encontramos con diferentes requisitos formales a cumplir posteriores al cierre de cada ejercicio, entre los que destacamos la Formulación de las Cuentas Anuales, el Informe de Gestión, Legalización de Libros, Presentación del Impuesto de Sociedades y la presentación de las Cuentas Anuales aprobadas ante el Registro Mercantil al que pertenezca cada una de las Sociedades, entre otros.

Antes de la Formulación de las Cuentas Anuales, debemos realizar un análisis contable de la Sociedad, para comprobar que la información recogida en las cuentas anuales es correcta y que representa la situación real de la Sociedad a la fecha del cierre del ejercicio. Pretendemos realizar una pequeña guía de los puntos más comunes a revisar en la mayoría de las Sociedades. Es un listado orientativo y deberemos estudiar cada empresa en particular debido a las diferentes características de cada una de ellas.

Tal y como comentamos, la contabilidad debe reflejar la imagen fiel de la empresa. Para cumplir con este principio fundamental de la contabilidad nos encontramos que, al cierre de cada ejercicio deberemos realizar una determinada serie de verificaciones, modificaciones y cálculos de los saldos existentes en las cuentas de la empresa.

Aunque durante el transcurso del ejercicio hemos debido realizar estas mismas operaciones para poder realizar los cierres trimestrales o mensuales, es ahora cuando tenemos la obligación real de hacerlo, para poder presentar las cuentas anuales en las que se refleja el cierre del ejercicio.

A continuación enumeramos los puntos clave  a revisar:

A) Acreedores, Proveedores y Clientes.

 Deberemos solicitar las facturas pendientes de recibir comprobando que se contabilizan correctamente. La comprobación del saldo de estas cuentas con las facturas pendientes de pago se debe realizar para confirmar que la composición del saldo de estas cuentas es la correcta y que hemos reflejado todas las facturas en ellas. Verificaremos que todas las facturas emitidas están contabilizadas y que la cifra de negocios coincide con ellas. También debemos comprobar que los saldos resultantes coinciden con los importes pendientes de cobro al cierre.

B) Arqueo y cuadre de caja.

El arqueo o justificación física de los saldos existentes en “caja” es necesario para conocer si se han contabilizado todos los gastos-pagos e ingresos-cobros en metálico

C) Comprobación Inventario.

Análisis de las existencias y valoración de las mismas según el método elegido (FIFO o LIFO). Realizar el asiento de variación de existencias para reflejar el saldo correcto al final del ejercicio. En caso de que se hubiesen depreciado o deteriorado las existencias habría que reflejar dicha depreciación o deterioro.

D) Amortización de Inmovilizado.

Teniendo en cuenta las bajas habidas durante el ejercicio y las nuevas altas habrá que realizar las amortizaciones correspondientes del ejercicio, comprobando que no queda ningún elemento del inmovilizado sin amortizar y que los gastos o inversiones que hayan supuesto una mejora en la vida útil de algún inmovilizado se han activado para proceder a su amortización. En caso de que algún inmovilizado se haya deteriorado pero no se produjese su baja habrá que realizar la dotación de la provisión por deterioro para reflejar correctamente el valor del inmovilizado.

E) Reclasificación de Deudas.

Al final de cada ejercicio deberemos indicar que parte de las deudas que aparecen en balance son a largo plazo y cuales son a corto plazo. De esta manera conoceremos las deudas que se deben de pagar durante el ejercicio siguiente, teniendo de esta manera un mejor reflejo de los posibles movimientos de tesorería que se producirán. Deberemos tener mucho cuidado con los préstamos y créditos, que deberemos reflejar según el cuadro de amortización vigente al cierre del ejercicio.

F) Provisiones de Riesgos y Gastos.

Son aquellas que tienen por objeto cubrir los gastos originados en el ejercicio actual o en ejercicios anteriores, pero que al cierre del mismo no conocemos el importe exacto del mismo ni la fecha de realización. Tenemos que tener identificada la naturaleza exacta del mismo.

G) Comprobación de Saldos.

 Cuando se cierra la contabilidad de un ejercicio, se deberá analizar los saldos existentes en cada una de las cuentas, para reflejar correctamente en cada una de ellas su valor. Comprobando que, por ejemplo, el saldo de la cuenta de clientes se corresponda con lo pendiente de cobro y que cada una de las facturas emitidas se hubiese contabilizado correctamente en su cuenta. Con esta comprobación de saldos de todas las cuentas tendremos un fiel reflejo de la situación de la empresa, conociendo las partidas pendientes de cobro, las partidas pendientes de pago y la valoración del inmovilizado, así como la composición tanto del activo como del pasivo.

H) Impuestos.

Por último, pero no menos importante que los puntos anteriores, nos encontramos con la contabilización del Impuesto de sociedades y la comprobación del reflejo de los impuestos trimestrales o mensuales en nuestra contabilidad. De esta manera deberemos revisar que las bases imponibles de los distintos tipos de IVA se han reflejado correctamente a lo largo del año y coincide con lo declarado en los resúmenes mensuales o trimestrales. En caso contrario habrá que regularizar en el último trimestre. Una vez realizadas estas comprobaciones deberemos calcular el Impuesto de Sociedades, teniendo en cuenta las diferencias existentes entre lo que es gasto contable y lo que es gasto fiscalmente deducible para el cálculo de la Base Imponible del Impuesto de Sociedades. Al determinar esta base imponible, deberemos calcular la cuota resultante aplicando, a dicha base imponible, el tipo impositivo que se le aplicará a cada empresa. Para el ejercicio 2014 los tipos impositivos van desde el 15% hasta el 30% dependiendo del tipo de empresa y el momento de su creación.

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