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El reto de invertir los 800 millones prometidos

AVE
photo_camera Obras del AVE en la provincia de Ourense.

El año acaba de comenzar con algunas incertidumbres y mucha cautela, pero también con la importante promesa de invertir mucho dinero en Ourense.

Año nuevo, propósitos nuevos, pero también retos nuevos. ¿Cuáles son los de Ourense en este 2015? A priori, los mismos que el resto de las provincias que luchan todavía por sacudirse el polvo de la crisis y engancharse con convicción al discurso oficial de la recuperación. Pero, si hacemos un ajuste más fino en el análisis, la provincia tiene retos que van prendidos en sus genes de desarrollo. El año pasado cerró con más de 27.000 parados, más de la mitad en el sector servicios, el más dinámico pero también el más vulnerable. La agricultura carece de proyectos a corto plazo que nos hagan pensar que en este 2015 habrá una remontada, aunque el sector vitivinícola seguirá creciendo en el exterior. El sector agroganadero, por su parte, volverá a tener al grupo Coren como cabeza de puente. La construcción sigue siendo un sector con el que no se puede contar a corto plazo porque aún en diciembre sumó 200 parados más. La industria dependerá del contexto económico general, si se incrementan los pedidos de bienes y servicios, y si se incrementa la vía exportadora. Aun así, este sector ha sumado más de 100 parados el último mes del año con lo que en el 2015 habrá todavía momentos de incertudumbre. La llegada de la primavera y el verano marcará el retorno del empleo temporal, que hará bajar las cifras de paro, pero todavía hay dudas sobre la calidad el empleo generado y sobre si se convertirán en puestos de trabajo fijos. Los proyectos termales y la potenciación de los recursos turísticos pueden ser una vía de salida al desarrollo de la provincia, pero cuanto más tiempo pasa menos fuerza tiene el mensaje que en esa dirección mandan las instituciones, aunque no la empresa privada.

Este año será el de la doble cita electoral, con municipales y generales a meses vista, periodo que el tópico considera propicio para la generosidad inversora. Sobre los hombros del Gobierno central y la Xunta recae el peso de ejecutar todo lo que han prometido en los presupuestos que acaban de entrar en vigor, aunque lo habitual es que en cada ejercicio quede la mitad sin gastar debido a múltiples avatares no siempre explicados convenientemente. El AVE será de nuevo el Pantagruel que se devore gran parte de lo que el Estado gastará en Ourense en el 2015, como ya ocurrió en los últimos ejercicios y como ocurrirá al menos hasta el 2018, fecha en la que el Ministerio de Fomento promete tener finalizada la conexión de Galicia con Madrid a través de la alta velocidad ferroviaria. Para este año se ha previsto una partida total de 643 millones de euros, de los que 578 millones son para los sucesivos tramos que están en obras entre Lubián y Ourense. O lo que es lo mismo: en torno a un 90% de lo que se invertirá en la provincia será para la alta velocidad, según las cuentas que hace Fomento, un ministerio que recuerda que en este año Ourense se convertirá en la provincia española líder en cuanto a inversión en ferrocarril, la primera en cuanto a inversión per cápita (1.852 euros por persona) y la primera por inversión por cada mil euros de Producto Interior Bruto. Al menos eso afirmaba el Gobierno el 30 de septiembre del 2014 cuando presentó los Presupuestos para este año.

Ese será uno de los retos para el 2015 en materia inversora y será crucial saber si se podrán ejecutar las partidas a lo largo del ejercicio, algo que no ha podido confirmarse en los últimos, sobre todo en cuanto a las obras del AVE, con ejecuciones presupuestarias que no llegaron al 100%.

Más allá de que las obras del AVE serán uno de los retos de la provincia, otras inversiones del Estado deberían ver la luz en este año, porque están en plena ejecución. Es de destacar la construcción de la estación depuradora de Reza, que se hace con la colaboración de diferentes administraciones, pero también otras hidráulicas en las diferentes cuencas de la provincia. El Estado acometerá también las actuaciones pendientes en las obras del archivo y la biblioteca de San Francisco, que llevan casi diez años a un ritmo muy desigual.

LA XUNTA

Pero no solamente tiene retos pendientes el gobierno central en Ourense ya que la Xunta también deberá cumplir con la promesa inversora que trasladó a sus presupuestos. La administración gallega ha dispuesto 219 millones de euros, diez menos que el pasado año, aunque es la segunda provincia gallega con mayor gasto per cápita,  según los datos que maneja la propia Xunta. Las dotaciones sanitarias, habitualmente en el eje de la polémica por la calidad de los servicios  prestados, acaparan gran parte del esfuerzo inversor del gobierno de Feijoo. El plan director del Complexo Hospitalario supondrá una inversión de 13,2 millones de euros, que van destinados a la edificación de un nuevo bloque de hospitalización, aunque será necesario rematarlo en el 2016, para lo que la Xunta ha reservado ya 5,2 millones. El proyecto conocido como Hospital 2050 supondrá una inversión de 8,8 millones de euros, que también está financiado con fondos europeos.

El comportamiento de la economía en los próximos meses también será determinante para saber las empresas invertirán y se venderá al menos una parte de los 280.000 metros cuadrados que esperan dueño en los polígonos empresariales de la provincia. La venta la tendrá que hacer el Instituto Galego da Vivenda e Solo, una institución que depende de la Xunta y que también ejecuta los planes de vivienda pública, aunque se basan fundamentalmente en mejorar las condiciones de las ya existentes.

La construcción del Parador de Monterrey es otro de los retos que se podrá materializar a lo largo de este año, un ejercicio que en materia turística podría ser mejor que los anteriores. A ello podría contribuir la potenciación del termalismo, el reto constante que tiene planteada la provincia en su conjunto. En ese sentido, no se atisba a medio plazo el ansiado gran balneario urbano.

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