Autor del libro "Historia Vivida de España. De Franco a Podemos 1970-2020", que presentará hoy en el Centro Cultural Marcos Valcárcel
Fernando Jáuregui conoce a fondo lo acontecido en nuestro país en las últimas décadas. A través de su libro "Historia Vivida de España. De Franco a Podemos 1970-2020", que presentará hoy en el Centro Cultural Marcos Valcárcel a las 20,30 horas en el Foro La Región, hace un repaso profundo de los presidentes, dirigentes y periodistas que desempeñaron, desempeñan o desempeñarán un papel clave en la política de nuestro país.
¿Qué se ha hecho durante todo este tiempo?
Se ha hecho mucho. La realidad política que yo conocí en 1970 no tiene nada que ver con la que hay ahora. Y esta realidad es muchísimo mejor. Es verdad que ha habido retrocesos, meteduras de pata, incongruencias y mucha cobardía, pero cuando peor nos vaya a ir, que nos vaya como ahora.
¿A quién debe competer la reivindicación de la Historia?
De momento a nosotros, los periodistas, a aquellos que lo hemos presenciado y hemos estado día tras día observándolo todo. Y luego a los historiadores, que tienen que convencer a los escépticos de que hubo figuras que sí que han cambiado España. Con todos los errores, lo que no se puede es decir que, por ejemplo, Adolfo Suárez o el rey Juan Carlos no contribuyeron a la democracia. Todos hemos contribuido y hacer tabla rasa del pasado sería una auténtica barbaridad. Ha sido más lo bueno que se ha aportado que lo malo que ha destruido.
¿Cuáles son las luces y puntos negros de la democracia?
Cada gobierno ha tenido lo suyo. Adolfo Suárez dio la vuelta al Estado como un calcetín en 11 meses, siendo ésta su enorme y definitiva grandeza, pero quizás no supo retirarse a tiempo. Tras buenas y malas legislaturas de otros presidentes, Zapatero tuvo una cosa muy buena, que fue la negociación con ETA, pero también tuvo muchas cosas malas. No entendía nada de lo que era gobernar un país y así nos fue. Ahora tenemos a Rajoy, que no es transparente con nadie.
¿Hemos llegado al culmen de la democracia?
Nunca hay culmen de la democracia. Es más, considero que estamos en la dirección. Lo que nos están diciendo las urnas es que hay que gobernar de otra manera. Hay quien lo entiende y hay quien ni quiere escuchar hablar de cambios.
¿Cuál debería ser el origen de ese cambio?
Esta vuelta debería de llegar, primero, de la sociedad civil y luego desde las cúpulas de los partidos, de las instituciones y desde los medios de comunicación. Tiene que haber un movimiento de todos los estamentos sociales en favor de una regeneración de la vida política del país, empezando por la Constitución.
Analizando los resultados de las municipales, ¿estamos ante un cambio de ciclo obvio?
Obvio no, super obvio. Vamos a tener una segunda transición tan importante como la primera, a la muerte de Franco. Hay que gobernar a los españoles de una manera radicalmente diferente. No entender esto comienza a ser suicida. El partido gobernante ha desaparecido en extensas zonas de España. Estamos ante una nueva era y hay que agarrar al toro por los cuernos y lo primero que hay que hacer es reconocerlo.
A corto plazo, ¿tendremos Historia para otras 600 páginas?
Casi cada día. No recuerdo haber vivido una época más trepidante que esta. Todavía no hace un año que el nuevo rey accedió al trono, ni que el nuevo secretario general socialista se hizo cargo del puesto. Han pasado demasiadas cosas en apenas un año. Han pasado otras tantas en apenas 20 días, desde el 24 del mes pasado que, en fin, estoy ya pensando en escribir otro libro que se llamará o La Caída o El Auge de Rajoy, dependiendo de él.
¿Se atrevería a hacer una valoración de todo lo acontecido durante estas cuatro décadas?
Si echo la vista atrás, veo un país atrasado, sin libertades y triste que ,hoy en día, sin quizás habérselo merecido, se despertó pudiendo gestionar su propia libertad y su propia vida cada día un poco más. Es la Historia de caminar hacia una mejora constante de nosotros mismos. ¿Cuánto lo hemos conseguido? Desde luego que no al 100%, pero no todos los políticos han sido unos ladrones, ni todos los periodistas unos mentirosos, ni todos los jueces unos prevaricadores, ni todos los policías unos mentirosos. Esta es la historia de un progreso lleno de agujeros y de marchas atrás, pero al final la marea sube. Y esto de la marea no es ninguna alusión, va escrito con minúscula.
