Opinión

Unzué, contra la coherente incompetencia

El pasado 20 de febrero se desarrolló en el Congreso de los Diputados una jornada donde varias asociaciones españolas de la enfermedad ELA pretendían agilizar, ante los diputados, la tramitación de una Ley urgente que mejore su desesperada situación.

Uno de los portavoces fue el exfutbolista y entrenador Juan Carlos Unzué, quien mostró su evidente enfado al contemplar que sólo cinco políticos y el ministro de Asuntos Sociales, Pablo Bustinduy, tuvieron la delicadeza de presentarse a la cita.

“Imagino que el resto tendrían algo muy importante que hacer para no estar aquí”, comentó con ironía. Quizá una ineludible reserva en algún local de señoritas, añado por mi parte. El caso es que la bronca tuvo mucha repercusión en todos los medios de comunicación.

Una atención que todas las asociaciones, los enfermos y sus familiares le agradecen. Desde que en 2020 el exportero de primera división e internacional en categorías inferiores declaró su enfermedad, ha usado su imagen y todos los recursos para lograr apoyos y presionar a nuestros gobernantes en favor de una Ley imprescindible.

Algún listillo, cómodo en su sofá, vio en esta crítica cierta “demagogia”. Cierto, no tienen porqué acudir a una charla deprimente los 350 diputados que pagamos los españoles. 344 fueron coherentes con su habitual incompetencia e indolencia hacia el ciudadano y no se presentaron.

“No hay dinero para todos”, esgrimen otros. Entonces habrá que gestionar. Priorizar 38 millones de euros a la Ley ELA sobre los miles que nos costará un Mundial de fútbol, dos premios de Fórmula 1 y - amenazan- unos Juegos Olímpicos. ¿Votamos?

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