Moaña vivió ayer ocho horas de angustia.
La pesadilla comenzó sobre las tres y media de la madrugada cuando unas detonaciones despertaron a algunos vecinos. Veinte minutos después, un hombre malherido pedía ayuda en el cuartelillo de la Guardia Civil. Le habían dado un tiro en la cadera y sangraba abundantemente. Antes de perder el conocimiento dijo que a su compañero le habían matado cuando fueron a 'cobrar una deuda' a una vivienda de O Con. Los agentes encontraron el cuerpo sin vida de Moisés González (41 años- vecino de Domaio) en la calle Fernando García Arenal, un poco más abajo del número 13. El cadáver estaba a escasos metros de la casa de Jesús Rodríguez Cruz (54 años), conocido como 'El Briso', con un largo historial policial con once detenciones y la imputación de 17 delitos, entre ellos dos por tráfico de drogas, uno de tentativa de robo con intimidación en una farmacia, otro por lesiones graves con arma blanca durante una reyerta y varias por robo, desobediencia y resistencia a la autoridad.
Los primeros indicios de la investigación parecían indicar que el autor de los disparos podía encontrarse en el interior de la casa, donde vivía solo. Inmediatamente se montó un dispositivo para reducir al sospechoso. Pero en realidad el hombre ya no estaba allí y sólo se volvió a recuperar su rastro cuando sobre las diez y media de la mañana entraba en un bar de la localidad para, como todos los días, tomar su desayuno.
Después salió del local y se dirigió a las inmediaciones del puerto moañés, donde era interceptado por la Guardia Civil después de que un familiar del sospechoso facilitara la detención cuando 'El Briso' se acercaba al coche de su cuñado.
PESQUISAS
La relación entre las víctimas y el detenido todavía no está clara. Tanto el fallecido como el herido carecían de antecedentes y quienes les conocían no los relacionaban con el tráfico de drogas ni con el supuesto autor de los disparos. Tampoco se sabe por ahora qué pasó con el arma con la que el sospechoso les recibió a tiros cuando llamaron a su puerta de madrugada. La Guardia Civil la buscó ayer sin éxito en la vivienda, que fue registrada de arriba a abajo durante varias horas. También fue rastreado el puerto, situado a escasos metros de la casa, las calles y leiras cercanas al domicilio de 'El Briso'.
Lo único que encontraron los agentes encargados de la investigación fue un pasamontañas en el coche en el que el herido fue hasta la casa-cuartel del instituto armado.
Los primeros indicios de la investigación parecían indicar que el autor de los disparos podía encontrarse en el interior de la casa, donde vivía solo. Inmediatamente se montó un dispositivo para reducir al sospechoso. Pero en realidad el hombre ya no estaba allí y sólo se volvió a recuperar su rastro cuando sobre las diez y media de la mañana entraba en un bar de la localidad para, como todos los días, tomar su desayuno.
Después salió del local y se dirigió a las inmediaciones del puerto moañés, donde era interceptado por la Guardia Civil después de que un familiar del sospechoso facilitara la detención cuando 'El Briso' se acercaba al coche de su cuñado.
PESQUISAS
La relación entre las víctimas y el detenido todavía no está clara. Tanto el fallecido como el herido carecían de antecedentes y quienes les conocían no los relacionaban con el tráfico de drogas ni con el supuesto autor de los disparos. Tampoco se sabe por ahora qué pasó con el arma con la que el sospechoso les recibió a tiros cuando llamaron a su puerta de madrugada. La Guardia Civil la buscó ayer sin éxito en la vivienda, que fue registrada de arriba a abajo durante varias horas. También fue rastreado el puerto, situado a escasos metros de la casa, las calles y leiras cercanas al domicilio de 'El Briso'.
Lo único que encontraron los agentes encargados de la investigación fue un pasamontañas en el coche en el que el herido fue hasta la casa-cuartel del instituto armado.
