El presidente de la Xunta prometió realizarlo con 'sobresaliente', pero ha obviado la mayor parte de sus 14 compromisos

Feijóo llega a fin de mandato sin cumplir su “contrato con Galicia'

Caricatura del presidente de la Xunta de Galicia
El 11 de febrero de 2009, dos semanas antes de las elecciones gallegas del 1-M, el candidato del PP a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se dejaba fotografiar desde la Terraza de la Lonja del Hostal de los Reyes Católicos. Era una foto con la teatralización calculada, 24 horas antes de que comenzase la campaña. Detrás, Monte Pío, la residencia oficial del presidente de la Xunta que en ese momento ocupaba Emilio Pérez Touriño. A los lados, la bandera gallega. Y en sus manos, un cartapacio abierto en el que se podían ver dos folios en color sepia.
Con toda solemnidad, el candidato del PP, enseñaba lo que se denominó 'Compromiso con Galicia'. Feijóo enumeraba en 14 puntos el 'compromiso político, personal y moral' que regiría su gestión en caso de llegar a pisar la moqueta de San Caetano. Lo anunció como un compromiso cuantificable por la ciudadanía que esperaba cumplir con una nota 'no inferior a sobresaliente'. Tres años después, y a punto de embocar otra campaña electoral, es hora de evaluar con la frialdad de los datos los catorce epígrafes para comprobar si Feijóo fue mejor candidato que presidente.

1EMPLEO. Combatir el paro como máxima prioridad del Gobierno y recuperar la senda de la creación de empleo garantizando la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Durante la campaña electoral el candidato Feijóo prometió acabar con el paro si llegaba a gobernar. Desde abril de 2011 a abril de 2012, Galicia es la segunda comunidad en la que más ha subido el desempleo (32.982 parados más, que suponen un incremento del 13,48%), con la gravedad de que se destruyó el empleo industrial creado entre 1998 y 2008, puestos de trabajo difícilmente recuperables.
Galicia también ha sido líder desgraciada en destrucción de empleo por cuenta propia. Hasta la agricultura, que acostumbra a ejercer de paraguas en tiempos de crisis, ha sufrido el castigo del paro. Los datos son estremecedores. En Galicia hay registrados en el antiguo Inem, según las últimas cifras, 277.644 persona, de las cuales 142.766 son mujeres y 134.878 son hombres. La tendencia es negativa. Mientras en el Estado se ha creado empleo por las vacaciones de Semana Santa, en Galicia se apuntaron al paro 849 persomas más el pasado mes de abril. Feijóo llegó a declarar en el Parlamento que no podía hacer nada, cuando las políticas activas de empleo están transferidas a la Xunta.

2PLAN ECONÓMICO. Luchar contra la crisis apostando por nuestros sectores productivos con un plan a desarrollar por un Gobierno unido, coordinado y que sepa establecer prioridades.

Los datos del paro indican que en tres años ha fallado la política económica de la Xunta, sin una apuesta clara por algún sector estratégico. El bloqueo desde el pasado 1 de julio del sistema de las exenciones fiscales llamado 'tax lease' ha sido un mazazo para el naval gallego. El impacto se calcula en 1.100 millones de euros y afecta a más de 15.000 trabajadores. La política de recortes no se ha visto compensada con una estrategia económica que permitiese amortiguar la caída. El recorte en I+D+i ha sido superior al 60% y ha provocado la marcha de investigadores.
La suspensión de la adjudicación eólica aprobada por el bipartito, que hubiese permitido llegar a tiempo al registro de preasignación, y la realización de otro concurso eólico ha provocado que las empresas digan que no van a cumplir con sus planes industriales, máxime después de que el Gobierno central haya suprimido las primas a las renovables sin tener en cuenta a Galicia. Puede suponer el principio del fin del liderazgo gallego en energía eólica, cuando se calculaba que el plan del bipartito permitiría la creación de 8.000 empleos y una inversión de 5.000 millones de euros. Feijóo incumplió la 'doctrina Madison', que dice que un compromiso de un Gobierno es también para el siguiente. El resultado es carecer de esos planes industriales y al no disponer de potencia para instalar, las industrias auxiliares tuviesen que cerrar.
Otro mazazo para la economía gallega puede el sector financiero . La absorción del Banco Pastor por el Banco Popular y la incertidumbre por el futuro de NCG Banco -fruto de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova-, puede dejar a Galicia sin músculo financiero. Respecto a las cajas gallegas, Feijóo no tuvo mano izquierda a la hora de hacer la fusión, pero sería injusto cargar al presidente de la Xunta con todas las culpas, ya que la posición errática de Pachi Vázquez, líder del PSdeG, y el localismo exacerbado de Abel Caballero, impidieron un gran acuerdo de país. Nadie quiso ver que en juego estaba Galicia y no la Xunta de Galicia.
En el campo y en el sector lácteo, la gran noticia fue negativa, con la quiebra de Clesa, en manos de Nueva Rumasa. El país del millón de vacas todavía sigue esperando por el gran grupo lácteo gallego.

3AUSTERIDAD. Eliminar y reducir drásticamente los gastos superfluos en publicidad, altos cargos, asesores, automóviles u obras en las dependencias de gobierno.

Feijóo arrancó la legislatura con un gran gesto. Redujo de trece a diez el número de consellerías, laminó a los delegados territoriales de cada una de ellas por superdelegados provinciales y convirtió San Caetano en un concesionario para subastar los vehículos adquiridos en tiempos del bipartito y de Manuel Fraga. El coche blindado de Touriño pasó a la historia. Fue más un gesto que una decisión estratégica, porque las políticas de austeridad han contribuido a la destrucción de empleo. El gasto corriente continúa siendo más del 70%. La podadora se pasó por los gastos de inversión, que son los susceptibles de generar actividad económica. Somos más austeros, pero también más pobres. Y continúan existiendo, aunque con otros nombres, chiringuitos con los que pagar favores.

4MENOS IMPUESTOS. Reducir la cantidad de impuestos autonómicos a los que los ciudadanos tienen que hacer frente cada año y defender la reducción de impuestos estatales.

Durante la campaña electoral Feijóo se comprometió a reducir el tramo económico del IRPF. Al conquistar la Xunta se olvidó de la promesa. El Gobierno gallego también incrementó el valor de los bienes inmuebles para los efectos de calcular la cuota de transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados, sucesiones y donaciones. El incremento de la presión fiscal ronda de media el 30%. La Xunta llegó a valorar los inmuebles por el valor que había dado el banco en la hipoteca, que corresponde a un periodo de expansión de la economía lejos del actual. Respecto a defender la reducción de impuestos estatales, todavía se espera a que la Xunta se levante contra el Gobierno central.

5SANIDAD. Mejorar las condiciones y la calidad en la asistencia sanitaria y reducir las listas de espera, con garantías legales para los pacientes.

En Sanidad hay luces y sombras. Si bien los pacientes esperan 26,3 días menos respecto a 2009 para someterse a una operación grave, se han incrementado las listas de espera para diagnósticos menos graves. La sombra es que hubo intentos de contabilización con códigos especiales para poder presentar mejores números. Que la exconselleira de Sanidade, Pilar Farjas, sea ahora la número dos del ministerio, no es casualidad. Fue la elegida por Mariano Rajoy para aplicar los recortes que había ensayado en la Xunta. La implantación del catálogo de genéricos puede interpretarse como la gran decisión de Núñez Feijóo, a pesar de las críticas vertidas por los socialistas.

6DEPENDENCIA. Dotar a los pacientes y asistentes de garantías para que reciban el servicio que por ley les corresponde en un plazo seguro.

Cuando Feijóo llegó a la Xunta existían cuatro residencias en construcción, dos de ellas terminadas como la de Vimianzo y la de Viveiro. Estas tardaron un año en ser puestas a funcionar. Fueron privatizas y concedidas a Geriatros, cuando era de una sociedad público-privada con la colaboración de las cajas y la Sociedade Galega de Servizos Sociais. Los centros de día que quedaron hechos por el bipartito también fueron privatizados. En Galicia quedan 42.000 dependientes sin atender, aunque hay que reconocer que la Ley de Dependencia estuvo mal financiada. La eliminación de la Sociedade Galega de Servizos Sociais provocó que los concellos, con graves problemas de liquidez, hayan quedado desatendidos en esta materia.

7CONCILIACIÓN. Responder por completo a la demanda de padres y madres por una plaza de guardería y flexibilizar opciones para conseguir la conciliación de la vida personal, laboral y familiar.

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