Pachi Vázquez advierte de que los recortes del Ejecutivo gallego acaban pagándolos los ciudadanos

Los funcionarios acusan a la Xunta de volver al franquismo

Asistentes a la clausura del congreso de CSIF-Galicia, en Santiago de Compostela. (Foto: XOÁN CRESPO)
José Francisco Méndez, que ayer fue reelegido presidente autonómico del sindicato CSIF, mayoritario en la Administración pública gallega, acusó ayer a la Xunta de regresar 'prácticamente al franquismo' en materia de relaciones laborales, 'al mando y decido y no hay negociación', al no existir diálogo con los empleados públicos, dijo. En conferencia de prensa junto con el presidente estatal del sindicato, Miguel Borra, criticó la ausencia de diálogo sobre la ley de medidas temporales en el sector público que la próxima semana se tramitará en el Parlamento gallego con el procedimiento de urgencia y de lectura única.
Méndez indicó que esta 'ola de recortes, que lleva a los años 60' se suma a otras medidas lesivas para los empleados públicos ya tomadas en años recientes y destacó que el sindicato estudia recurrir la ley gallega porque 'cuestiona la legalidad' de algunos de sus puntos. Insistió en la falta de diálogo y apuntó, además, que tanto los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, como el de Alberto Núñez Feijóo, se limitan a presentar anteproyectos de ley y después imponen la tramitación parlamentaria.

Reivindicó el trabajo de los empleados públicos y su papel 'clave' en la prestación de servicios a los ciudadanos y reclamó a los gobiernos un cambio de políticas. Méndez aseguró que 'determinados sectores empresariales' que han llevado al país a la situación actual, 'quieren empezar a especular con los servicios púbicos'.


MEDIDAS DE PROTESTA

Como medidas de protesta, anunció que el lunes habrá encierros en los centros de trabajo y que el martes, el día que se tramita la ley en la Cámara gallega, el sindicato convocó una concentración ante el edificio del Parlamento.

Por su parte, Borra centró su intervención en la reciente reforma laboral aprobada por el Gobierno, una reforma que 'cuya música no gusta' a su sindicato y advirtió de que si bien siempre han estado dispuestos a negociar, 'no le temblará el pulso para salir a la calle y protestar'. Explicó que solicitaron ó reuniones con los grupos en el Congreso para exponerles su punto de vista ante el trámite parlamentario de la reforma y también destacó que otro momento 'clave' será la presentación de los presupuestos.

Antes de participar en la clausura del congreso del sindicato, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, contestó a los periodistas que no puede estar de acuerdo con la postura de CSIF y reivindicó que la apuesta por el diálogo 'sigue encima de la mesa'. Rueda señaló que el Gobierno gallego está convencido de que en este momento, las medidas propuestas por la Xunta 'son necesarias y responsables y hay que llevarlas adelante', dijo.

También acudió a la clausura de este congreso el secretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, que calificó de 'inapropiada' la reforma que aprobará la próxima semana el Parlamento gallego con el apoyo del PP. En su opinión, el problema de los ajustes a los empleados públicos lo sufren todos los ciudadanos, que son los que reciben los servicios, porque padecen un 'deterioro de la calidad de vida'. 'Vamos a intentar llegar a acuerdos con el PP, apretar donde haya que apretar, pero no a costa de destrozar la calidad de vida de los que reciben servicios públicos', dijo.

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