Colectivos de gallegos que residen en Madrid rindieron ayer un homenaje al cardenal arzobispo Antonio María Rouco Varela para conmemorar los 50 años de su ordenación sacerdotal.La misa, en la iglesia de Santa Teresa Benedicta, contó con la presencia de varios sacerdotes llegados expresamente desde Galicia. También asistió el nuevo director de la Casa de Galicia en Madrid, el periodista Ramón Ónega y el ex presidente de la Xunta Manuel Fraga. El homenajeado recordó sus raíces gallegas al son de las gaitas.
Más de 200 personas se sumaron al homenaje que las distintas asociaciones gallegas de Madrid tributaron ayer al Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para conmemorar los 50 años de su ordenación como sacerdote. Los actos comenzaron con una misa que celebró en la iglesia de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, la misma que consagró en el año 2002 en un barrio de nueva creación y que en el pasado era una zona marginal.
El Cardenal Arzobispo llegó puntual a la Iglesia y fue recibido a sus puertas por la Banda de Gaitas de la Agrupación Noroeste, una banda que sigue la influencia de Xosé Luis Foxo y que luce una estética instrumental gallego-escocesa. Las distintas canciones que interpretaron consiguieron emocionar a un Rouco Varela cercano con los suyos, que saludó afectuosamente a muchos de los asistentes y que regaló numerosas medallas de la Virgen de la Almudena a sus paisanos.
Presencia gallega
En el interior de la Iglesia concelebró una misa con otros siete sacerdotes, algunos de ellos llegados expresamente de Galicia para participar en el homenaje.
En el banco de las autoridades, destacaba la figura de Manuel Fraga, a quien el Cardenal agradeció personalmente el esfuerzo realizado por parti cipar en el acto. También asistió a la Eucaristía, José Ramón Ónega que el próximo lunes tomará posesión como nuevo director de la Casa de Galicia en Madrid.
En su homilía, el Cardenal Rouco recordó las etapas de su vida sacerdotal con los comienzos en su Villalba natal y cómo su vocación le llevó al Seminario de Mondoñedo. Finalmente, el Arzobispo de Madrid se refirió a la vida ejemplar de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que murió a manos de los nazis en el campo de concentración de Auschwitz.
Almuerzo en el cielo madrileño
El acto religioso dio paso a una comida en el hotel más alto de Madrid, el Eurostars Madrid Tower, una impresionante mole de cemento, hormigón y cristal de 236 metros de altura sobre la que se divisa toda la ciudad. En este hotel, Antonio María Rouco Varela recibió un nuevo homenaje y en la puerta del edificio fue recibido por más de medio centenar de gaiteros de la Comunidad.
El menú, como no podía ser de otro modo, concentraba parte de los mejores platos gallegos, como bogavante, buey de mar, ternera con patatas de Xinzo, y de postre tarta de Santiago.
Los vinos de la Ribeira Sacra, Albariños y Ribeiro. Con este almuerzo culminaban mMás de dos meses de trabajo que llevaron a cabo las organizaciones gallegas para preparar un acto en el que han querido estar presentes todos los representantes de los colectivos gallegos en la capital de España: empresarios, médicos, políticos, abogados y un largo etcétera de profesiones.
El Cardenal Arzobispo llegó puntual a la Iglesia y fue recibido a sus puertas por la Banda de Gaitas de la Agrupación Noroeste, una banda que sigue la influencia de Xosé Luis Foxo y que luce una estética instrumental gallego-escocesa. Las distintas canciones que interpretaron consiguieron emocionar a un Rouco Varela cercano con los suyos, que saludó afectuosamente a muchos de los asistentes y que regaló numerosas medallas de la Virgen de la Almudena a sus paisanos.
Presencia gallega
En el interior de la Iglesia concelebró una misa con otros siete sacerdotes, algunos de ellos llegados expresamente de Galicia para participar en el homenaje.
En el banco de las autoridades, destacaba la figura de Manuel Fraga, a quien el Cardenal agradeció personalmente el esfuerzo realizado por parti cipar en el acto. También asistió a la Eucaristía, José Ramón Ónega que el próximo lunes tomará posesión como nuevo director de la Casa de Galicia en Madrid.
En su homilía, el Cardenal Rouco recordó las etapas de su vida sacerdotal con los comienzos en su Villalba natal y cómo su vocación le llevó al Seminario de Mondoñedo. Finalmente, el Arzobispo de Madrid se refirió a la vida ejemplar de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que murió a manos de los nazis en el campo de concentración de Auschwitz.
Almuerzo en el cielo madrileño
El acto religioso dio paso a una comida en el hotel más alto de Madrid, el Eurostars Madrid Tower, una impresionante mole de cemento, hormigón y cristal de 236 metros de altura sobre la que se divisa toda la ciudad. En este hotel, Antonio María Rouco Varela recibió un nuevo homenaje y en la puerta del edificio fue recibido por más de medio centenar de gaiteros de la Comunidad.
El menú, como no podía ser de otro modo, concentraba parte de los mejores platos gallegos, como bogavante, buey de mar, ternera con patatas de Xinzo, y de postre tarta de Santiago.
Los vinos de la Ribeira Sacra, Albariños y Ribeiro. Con este almuerzo culminaban mMás de dos meses de trabajo que llevaron a cabo las organizaciones gallegas para preparar un acto en el que han querido estar presentes todos los representantes de los colectivos gallegos en la capital de España: empresarios, médicos, políticos, abogados y un largo etcétera de profesiones.
