El Juzgado de guardia de Pontevedra decretó ayer la libertad condicional para el hombre que anteayer retuvo durante más de siete horas a tres personas, entre ellas su mujer y su hijo, tras prestar declaración por la tarde. Como medida cautelar, el juez ordenó el ingreso de Agustín Villaverde, de 40 años, en un centro psiquiátrico, informó el Tribunal Superior de Xustiza.
Se le imputa un delito contra la libertad de las personas tras retener ayer en su domicilio en el lugar de Freixeiro, muy cerca del hospital de Montecelo, a su mujer, su hijo menor de edad y el jefe de su esposa. La policía estableció un fuerte dispositivo y negoció con el hombre hasta que éste decidió entregarse voluntariamente, mientras que los retenidos no resultaron heridos.
Varios vecinos con los que el ahora detenido contactó por teléfono destacaban ayer que el hombre 'no estaba en sus cabales' y tenía impulsos suicidas.
El motivo supuesto de su actitud fue un problema económico, posiblemente un conflicto con un familiar a cuenta de una herencia, aunque este extremo ha sido negado de manera tajante por la familia y su círculo más próximo.
Además de a su mujer y su hijo, Agustín Villaverde mantuvo retenido al jefe de su esposa, que además es amigo suyo y de la familia. Este hombre se presentó en el domicilio de Agustín después de que su mujer hablase con el secuestrador y percibiese frases inconexas en el transcurso de la conversación. Sin embargo, una vez allí, quedó también bajo la amenaza de Agustín, si bien ni él ni los dos familiares sintieron nunca que estuviesen en situación de peligro. La única idea que llegó a barajar era la de quitarse la vida, aunque luego acabó por entregarse.
Varios vecinos con los que el ahora detenido contactó por teléfono destacaban ayer que el hombre 'no estaba en sus cabales' y tenía impulsos suicidas.
El motivo supuesto de su actitud fue un problema económico, posiblemente un conflicto con un familiar a cuenta de una herencia, aunque este extremo ha sido negado de manera tajante por la familia y su círculo más próximo.
Además de a su mujer y su hijo, Agustín Villaverde mantuvo retenido al jefe de su esposa, que además es amigo suyo y de la familia. Este hombre se presentó en el domicilio de Agustín después de que su mujer hablase con el secuestrador y percibiese frases inconexas en el transcurso de la conversación. Sin embargo, una vez allí, quedó también bajo la amenaza de Agustín, si bien ni él ni los dos familiares sintieron nunca que estuviesen en situación de peligro. La única idea que llegó a barajar era la de quitarse la vida, aunque luego acabó por entregarse.
