Alrededor de diez mil ganaderos gallegos, según fuentes de las organizaciones agrarias convocantes, participaron hoy en la movilización que se celebró en Santiago en protesta por los bajos precios de la leche y de la carne, en la que los sindicatos reclamaron un cambio de rumbo de la política agraria.
La marcha, bajo el lema Prezos xustos para leite e carne. Solucións xa! se celebró bajo una persistente lluvia y con el sonido de cencerros y de pitidos, y a la misma asistieron también diputados autonómicos de los tres fuerzas políticas con representación en el Parlamento de Galicia, PPdeG, PSdeG y BNG.
La manifestación tardó mas de una hora en recorrer una distancia aproximada de un kilómetro y finalizó en la Praza da Quintana, que ha estado cerca de alcanzar el lleno, aunque fuentes de la Policía Municipal de Santiago no han querido precisar el número de participantes.
Al frente de la pancarta que abría la movilización se encontraban los líderes de los sindicatos agrarios convocantes, Roberto García, por Unións Agrarias (UU.AA); Carme Freire, del Sindicato Labrego Galego (SLG) y Francisco Bello, secretario xeral de Xóvenes Agricultores (XXAA).
Carme Freire declaró que la situación que viven las explotaciones agrarias gallegas, alrededor de 30.000, es gravísima porque la producción de carne sufre unos costes elevadísimos y el nivel de precios que perciben los ganaderos es el mismo que hace 20 años.
También declaró que a las explotaciones de leche las industrias les están proponiendo una bajada del precio del litro de hasta 0,12 céntimos de euro, con lo que lo que queda, no llega para cubrir los costes de producción.
Pensamos que las industrias tienen que posicionarse de nuestra parte. No nos vale que digan que es un problema de presión del mercado o de las multinacionales y la distribución, demandamos delante de los gobiernos soluciones efectivas y reales que pasan por un cambio en la política agraria, agregó.
La dirigente del SLG lanzó el mensaje de que no desea que se siga invirtiendo dinero público en promover los biocarburantes porque esto hace que exista una política especulativa con los cereales que los lleva a precios desorbitados.
Francisco Bello declaró que las explotaciones en Galicia no son en este momento rentables, con lo que en el campo no está el futuro, y aseguró que la movilización es un toque de atención a las administraciones, porque después de dos meses de lucha y sin que realmente, al menos sobre el papel, se haya conseguido nada, las industrias lácteas se nieguen a hacer acuerdos estables con nosotros sobre precios.
De esa forma, añadió, los ganaderos y los intermediarios de la carne siguen haciendo su agosto, cuando estamos con unos costes de producción desorbitados y vaticinó que de continuar la situación por este camino el nuevo rural que anuncian algunos, será un rural, probablemente, sin ganaderos.
Para Roberto García, los sindicatos no planteamos únicamente un incremento de los precios agrarios, sino un reparto diferente de los precios de aquello que abona el consumidor porque, de lo contrario, será muy difícil que muchas de esas explotaciones puedan continuar.
Advierte a las administraciones de que estamos en un momento de desesperación, y no nos es posible seguir esperando porque no nos llegan ya las buenas palabras, ni la voluntad de querer arreglarlo, necesitamos de una solución, ya.
Insistió en que muchas de las explotaciones no alcanzan unos ingresos equiparables al salario interprofesional, y proclamó de nuevo que la alternativa no es traer productos de Francia (leche) o carne de Brasil, porque el futuro está en garantizar el sector productivo en Galicia, que dispone de unas 14.000 explotaciones de leche y por encima de 15.000 de ganadería de carne.
La manifestación tardó mas de una hora en recorrer una distancia aproximada de un kilómetro y finalizó en la Praza da Quintana, que ha estado cerca de alcanzar el lleno, aunque fuentes de la Policía Municipal de Santiago no han querido precisar el número de participantes.
Al frente de la pancarta que abría la movilización se encontraban los líderes de los sindicatos agrarios convocantes, Roberto García, por Unións Agrarias (UU.AA); Carme Freire, del Sindicato Labrego Galego (SLG) y Francisco Bello, secretario xeral de Xóvenes Agricultores (XXAA).
Carme Freire declaró que la situación que viven las explotaciones agrarias gallegas, alrededor de 30.000, es gravísima porque la producción de carne sufre unos costes elevadísimos y el nivel de precios que perciben los ganaderos es el mismo que hace 20 años.
También declaró que a las explotaciones de leche las industrias les están proponiendo una bajada del precio del litro de hasta 0,12 céntimos de euro, con lo que lo que queda, no llega para cubrir los costes de producción.
Pensamos que las industrias tienen que posicionarse de nuestra parte. No nos vale que digan que es un problema de presión del mercado o de las multinacionales y la distribución, demandamos delante de los gobiernos soluciones efectivas y reales que pasan por un cambio en la política agraria, agregó.
La dirigente del SLG lanzó el mensaje de que no desea que se siga invirtiendo dinero público en promover los biocarburantes porque esto hace que exista una política especulativa con los cereales que los lleva a precios desorbitados.
Francisco Bello declaró que las explotaciones en Galicia no son en este momento rentables, con lo que en el campo no está el futuro, y aseguró que la movilización es un toque de atención a las administraciones, porque después de dos meses de lucha y sin que realmente, al menos sobre el papel, se haya conseguido nada, las industrias lácteas se nieguen a hacer acuerdos estables con nosotros sobre precios.
De esa forma, añadió, los ganaderos y los intermediarios de la carne siguen haciendo su agosto, cuando estamos con unos costes de producción desorbitados y vaticinó que de continuar la situación por este camino el nuevo rural que anuncian algunos, será un rural, probablemente, sin ganaderos.
Para Roberto García, los sindicatos no planteamos únicamente un incremento de los precios agrarios, sino un reparto diferente de los precios de aquello que abona el consumidor porque, de lo contrario, será muy difícil que muchas de esas explotaciones puedan continuar.
Advierte a las administraciones de que estamos en un momento de desesperación, y no nos es posible seguir esperando porque no nos llegan ya las buenas palabras, ni la voluntad de querer arreglarlo, necesitamos de una solución, ya.
Insistió en que muchas de las explotaciones no alcanzan unos ingresos equiparables al salario interprofesional, y proclamó de nuevo que la alternativa no es traer productos de Francia (leche) o carne de Brasil, porque el futuro está en garantizar el sector productivo en Galicia, que dispone de unas 14.000 explotaciones de leche y por encima de 15.000 de ganadería de carne.
