El hombre acusado de violar a su hija menor desde que cumplió los doce años, que ayer compareció en el juicio a puerta cerrada en la Audiencia de Lugo, negó los hechos que se le imputan y su defensa solicitó en el transcurso de la vista la libre absolución. El abogado que se hizo cargo de la defensa del acusado, que fue condenado por una violación previa en el año 1993 y ahora se encuentra en prisión preventiva por la denuncia de su hija desde abril de 2012, confirmó que este hombre, de 40 años, sostuvo siempre que es inocente y se negó a llegar a cualquier tipo acuerdo con el ministerio fiscal.
Antes de comenzar la vista, el letrado explicó que una de las pruebas fundamentales de la defensa es, precisamente, la declaración de los médicos y psicólogos que atendieron a la menor después de plantear la denuncia, porque ninguno de ellos apreció en la víctima 'secuelas ni físicas ni psicológicas'. La defensa sostiene que la relación entre el padre y la hija siempre 'fue mala' y se deterioró a raíz de las malas notas escolares.
CUANDO LA MADRE NO ESTABA
El padre convivía en el mismo domicilio, en el municipio lucense de Xove, con su esposa e hijas menores. Desde que la mayor cumplió los 12 años, en el año 2009, 'comenzó a realizar actos' que atentaban 'contra su libertad sexual'.
El fiscal sostiene que el acusado aprovechaba 'los momentos en los que la madre no se encontraba en el domicilio' para realizarle 'tocamientos' y era 'frecuente' que le mandase 'quitarse la ropa' o que él mismo la desvistiese. También era 'habitual que penetrara vaginalmente a su hija' y que, para vencer su resistencia a esas 'relaciones sexuales', la sujetase 'fuertemente por los brazos' o le cogiese ambas manos 'con una de las suyas'.
Para el fiscal, el acusado es autor de un delito continuado de violación, con la agravante de reincidencia, por lo que pide para él quince años de prisión.
CUANDO LA MADRE NO ESTABA
El padre convivía en el mismo domicilio, en el municipio lucense de Xove, con su esposa e hijas menores. Desde que la mayor cumplió los 12 años, en el año 2009, 'comenzó a realizar actos' que atentaban 'contra su libertad sexual'.
El fiscal sostiene que el acusado aprovechaba 'los momentos en los que la madre no se encontraba en el domicilio' para realizarle 'tocamientos' y era 'frecuente' que le mandase 'quitarse la ropa' o que él mismo la desvistiese. También era 'habitual que penetrara vaginalmente a su hija' y que, para vencer su resistencia a esas 'relaciones sexuales', la sujetase 'fuertemente por los brazos' o le cogiese ambas manos 'con una de las suyas'.
Para el fiscal, el acusado es autor de un delito continuado de violación, con la agravante de reincidencia, por lo que pide para él quince años de prisión.
