Un lucense se enfrenta a una condena de algo más de 33 años de cárcel porque el fiscal considera que intentó matar hasta en tres ocasiones a su mujer, a la que amenazaba y agredía con frecuencia, cuando ésta le comunicó en el año 2010 su intención de separarse. En realidad, en el escrito de conclusiones provisionales, el ministerio público le imputa hasta nueve delitos, porque considera que además de maltratar a su esposa, también les hacía la vida imposible a su suegra y a sus dos hijas, que a causa de su comportamiento sufrieron secuelas psicológicas.
El ministerio público le imputa un delito de asesinato en grado de tentativa, así como tres delitos de lesiones psíquicas, amenazas y violencia habitual, maltrato.
Según la acusación, el hombre no aceptó que su mujer decidiese separarse de él, por lo que tomó la determinación de acabar con su vida y lo intentó hasta en tres ocasiones. Primero, intentó ahogarla en la bañera. Un mes más tarde, quiso envenenarla disolviendo un medicamento en un vaso de leche, pero aunque su mujer sufrió una intoxicación, no llegó a provocarle la muerte.
Finalmente, en marzo de 2011, al ver que continuaba con los trámites de separación, la esperó en el garaje y, cuando ella llegó de trabajar, la golpeó con un tablón en la cabeza y tras caer al suelo, siguió golpeándola con violencia. La mujer pudo salvar su vida porque 'en un intento desesperado' fingió que estaba arrepentida y convenció al acusado para que la llevara a un hospital.
Según la acusación, el hombre no aceptó que su mujer decidiese separarse de él, por lo que tomó la determinación de acabar con su vida y lo intentó hasta en tres ocasiones. Primero, intentó ahogarla en la bañera. Un mes más tarde, quiso envenenarla disolviendo un medicamento en un vaso de leche, pero aunque su mujer sufrió una intoxicación, no llegó a provocarle la muerte.
Finalmente, en marzo de 2011, al ver que continuaba con los trámites de separación, la esperó en el garaje y, cuando ella llegó de trabajar, la golpeó con un tablón en la cabeza y tras caer al suelo, siguió golpeándola con violencia. La mujer pudo salvar su vida porque 'en un intento desesperado' fingió que estaba arrepentida y convenció al acusado para que la llevara a un hospital.
