El Juzgado de Instrucción número 1, que lleva el caso de la red de trata de mujeres desarticulada en Vigo, continúa con las investigaciones de una operación que sigue abierta por sus ramificaciones en varios países extranjeros, entre ellos Italia, Francia, Luxemburgo o Portugal. Ayer mismo, una de las cinco víctimas localizadas acudía a los juzgados para ser examinada por el forense, en una comparecencia a la que acudió una representante de la Asociación Faraxa, de ayuda a la prostitución.
Paralelamente, una de las mujeres que fue detenida durante el golpe policial asestado a la supuesta cúpula de la organización dedicada al tráfico de mujeres para su explotación sexual y que quedó en libertad con cargos tras prestar declaración ante el titular del juzgado el pasado sábado reivindicó ayer su inocencia. A la salida del Juzgado de Instrucción número 1, donde acudió, según afirmó, para recoger sus pertenencias, declaró 'mi novio y yo somos inocentes'.
La joven, de origen nigeriano, y con grandes dificultades para hablar español, apenas pudo dar más detalles sobre lo ocurrido pero sí llegó a decir que tanto ella como su novio, en prisión desde el sábado como presunto cabecilla, tenían nada que ver en los hechos. 'Vengo a buscar las llaves de mi casa y mis cosas, necesito comer y cambiarme', afirmó la joven, que presentaba el mismo aspecto con el que salió del juzgado el sábado tras su puesta en libertad.
Ella fue una de las siete personas detenidas el jueves pasado durante una operación policial iniciada en Vigo y que acabó con el arresto de los presuntos cabecillas de una organización internacional, de origen nigeriano. En libertad quedaron dos, esta mujer y un joven, Víctor, primo de una de las víctimas y con la que compartía piso. Tres quedaron en prisión, y otro más sólo fue imputado por situación irregular, y el séptimo era detenido en Vic, Barcelona.
La joven, de origen nigeriano, y con grandes dificultades para hablar español, apenas pudo dar más detalles sobre lo ocurrido pero sí llegó a decir que tanto ella como su novio, en prisión desde el sábado como presunto cabecilla, tenían nada que ver en los hechos. 'Vengo a buscar las llaves de mi casa y mis cosas, necesito comer y cambiarme', afirmó la joven, que presentaba el mismo aspecto con el que salió del juzgado el sábado tras su puesta en libertad.
Ella fue una de las siete personas detenidas el jueves pasado durante una operación policial iniciada en Vigo y que acabó con el arresto de los presuntos cabecillas de una organización internacional, de origen nigeriano. En libertad quedaron dos, esta mujer y un joven, Víctor, primo de una de las víctimas y con la que compartía piso. Tres quedaron en prisión, y otro más sólo fue imputado por situación irregular, y el séptimo era detenido en Vic, Barcelona.
