Unos 1.500 afectados critican el respaldo de los diputados del PP a la validación de las quitas

Los preferentistas llevan su protesta a la casa de Feijóo

Cabecera de la manifestación de los afectados por preferentes y subordinadas, en Santiago. (Foto: VICENTE PERNÍA)
Unas 1.500 personas tenedores de preferentes y subordinadas de las distintas comarcas de Galicia se manifestó en Santiago de Compostela y llegaron hasta la residencia oficial del presidente de la Xunta, tras una pancarta con el lema 'El PP roba al pueblo y rescata a la banca' y en demanda de la devolución del 100 por cien de sus ahorros.
Al llegar a la residencia oficial, Vanessa Nieves, que participó en el Congreso en una protesta cuando fue aprobada la quita en las devoluciones, leyó un comunicado en el que los afectados por la comercialización de estos productos financieros se consideran 'estafados, expoliados, robados y traicionados'.

En su alocución, hizo una especial mención a los diputados gallegos del PP, a los que fue citando uno por uno, para su 'escarnio y vergüenza', y de uno de ellos dijo que era 'doblemente traidor', porque también había vendido preferentes. Fuentes de la plataforma compostelana recordaron que en Galicia había 80.000 personas afectadas por un importe superior a 2.100 millones de euros, de los que 300 millones fueron devueltos a través de 15.000 laudos arbitrales y decenas de sentencias, por lo que recordaron que aún restan más de 1.800 millones de euros por recuperar.

De 'traición y felonía vil' calificó Nieves la actitud de los diputados del PP, de los que dijo que muchos se habían manifestado en Galicia a su favor y después votaron en el Congreso la validación de la ley 6/2013, por la que se establecen las quitas. Lamentó encontrarse en la situación que ahora padecen, cuando los propios políticos del PP, el Valedor do Pobo, el Defensor del Pueblo o el Fiscal Superior reconocen que se trata de una 'estafa masiva'.

Subrayó también que el nuevo equipo directivo de Novagalicia Banco, resultante de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, que fueron las comercializadoras de las acciones, pidió perdón y reconoció que el 90 por ciento de los afectados no son inversores, sino pequeños ahorradores.

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