La XXIII Cumbre luso-española arrancó ayer en Braga con la presentación de la maqueta del edificio que albergará en esta ciudad del norte del Portugal el Laboratorio Internacional de Nanotecnología, en el que colaboran Portugal y Galicia, y de sus primeros proyectos científicos. El centro, cuya construcción ha caído en manos de la empresa alemana M+W Zander, tendrá una superficie de 21.400 metros cuadrados, requerirá una inversión de unos 113 millones de euros y ofrecerá trabajo a unos 200 investigadores.
Los jefes de Gobierno de España y Portugal, José Luis Rodríguez Zapatero y José Sócrates, presidieron ayer en Braga el lanzamiento del Laboratorio Internacional de Nanotecnología que, según ambos, pretende situar a los dos países en el liderazgo de este área de conocimiento. Ese acto supuso la apertura de la XXIII cumbre bilateral, que durante dos jornadas hará un repaso de las relaciones entre los dos países.
Zapatero calificó de acontecimiento histórico en la relación bilateral la puesta en marcha de este laboratorio, que dijo que es un proyecto común de una enorme dimensión, y subrayó que se encuentra tan satisfecho por el hecho de que se instale en Braga como lo estaría si se construyese en su ciudad natal. El presidente del Gobierno destacó la importancia creciente de la nanotecnología así como las expectativas que genera, e hizo hincapié en que España y Portugal deben situarse a la cabeza de las investigaciones en este área.
Compromiso bilateral
Zapatero se refirió igualmente a la especial importancia que el laboratorio va a tener para el norte de Portugal y para Galicia desde el punto de vista de la apuesta por la innovación tecnológica. Para él, el laboratorio es la demostración de un compromiso bilateral del que destacó el diálogo y el entendimiento y que dijo que está alejado de resabios o desconfianzas.
Por su parte, el jefe del Gobierno luso, que agradeció el respaldo español, resaltó la importancia que la nanotecnología tendrá en el crecimiento económico mundial y aseguró que España y Portugal participarán de esta apuesta de futuro, ya que comparten la misma visión de que el desarrollo de los pueblos se fundamenta en el conocimiento. En su opinión, la nanotecnología es la frontera del conocimiento con mayor potencial de desarrollo y que, por medio de este centro, los dos países ibéricos tienen por delante la oportunidad de participar en la nueva revolución.
El ministro de Ciencia portu gués, Mariano Gago, explicó que dentro de un mes comenzará el proceso de selección internacional para los cerca de 200 investigadores de todo el mundo que trabajarán en este centro y se darán los primeros pasos para realizar los proyectos de especialidad. Una de las claves del éxito de este laboratorio, según él, será la colaboración con empresas e instituciones de primer nivel mundial.
Antes de la ceremonia de presentación del centro, Zapatero y Sócrates descubrieron una placa de sílice con las siglas del laboratorio escritas en caracteres que sólo pueden ser leídos por medio de un microscopio electrónico. Esta placa será colocada en una gran piedra de cerca de 500 millones de años extraída de uno de los macizos rocosos que sirven de frontera entre ambos países y que formará parte del centro, que estará dirigido por el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela José Rivas Rey.
Las previsiones iniciales apuntan a que el instituto, que tendrá un presupuesto 113 millones de euros, esté a pleno rendimiento en 2011, aunque una primera fase del mismo podría entrar en funcionamiento dos años antes.
Zapatero calificó de acontecimiento histórico en la relación bilateral la puesta en marcha de este laboratorio, que dijo que es un proyecto común de una enorme dimensión, y subrayó que se encuentra tan satisfecho por el hecho de que se instale en Braga como lo estaría si se construyese en su ciudad natal. El presidente del Gobierno destacó la importancia creciente de la nanotecnología así como las expectativas que genera, e hizo hincapié en que España y Portugal deben situarse a la cabeza de las investigaciones en este área.
Compromiso bilateral
Zapatero se refirió igualmente a la especial importancia que el laboratorio va a tener para el norte de Portugal y para Galicia desde el punto de vista de la apuesta por la innovación tecnológica. Para él, el laboratorio es la demostración de un compromiso bilateral del que destacó el diálogo y el entendimiento y que dijo que está alejado de resabios o desconfianzas.
Por su parte, el jefe del Gobierno luso, que agradeció el respaldo español, resaltó la importancia que la nanotecnología tendrá en el crecimiento económico mundial y aseguró que España y Portugal participarán de esta apuesta de futuro, ya que comparten la misma visión de que el desarrollo de los pueblos se fundamenta en el conocimiento. En su opinión, la nanotecnología es la frontera del conocimiento con mayor potencial de desarrollo y que, por medio de este centro, los dos países ibéricos tienen por delante la oportunidad de participar en la nueva revolución.
El ministro de Ciencia portu gués, Mariano Gago, explicó que dentro de un mes comenzará el proceso de selección internacional para los cerca de 200 investigadores de todo el mundo que trabajarán en este centro y se darán los primeros pasos para realizar los proyectos de especialidad. Una de las claves del éxito de este laboratorio, según él, será la colaboración con empresas e instituciones de primer nivel mundial.
Antes de la ceremonia de presentación del centro, Zapatero y Sócrates descubrieron una placa de sílice con las siglas del laboratorio escritas en caracteres que sólo pueden ser leídos por medio de un microscopio electrónico. Esta placa será colocada en una gran piedra de cerca de 500 millones de años extraída de uno de los macizos rocosos que sirven de frontera entre ambos países y que formará parte del centro, que estará dirigido por el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela José Rivas Rey.
Las previsiones iniciales apuntan a que el instituto, que tendrá un presupuesto 113 millones de euros, esté a pleno rendimiento en 2011, aunque una primera fase del mismo podría entrar en funcionamiento dos años antes.
