Una docena de proyectores de 300.000 lúmenes, 60.000 watios de sonido, un equipo de más de cien personas y las últimas tecnologías en 4D acompañaron anoche, durante 30 minutos, a las miles de personas que se han dejado seducir en el Obradoiro por un despliegue de luz, música e imágenes en la festividad del Apóstol.
El espectáculo nocturno que dio vida a Compostela ayer por la noche unió luz, música, imágenes y fuegos artificiales. Las torres de la Catedral girando y la deformación de la obra arquitectónica son algunas de las ilusiones ópticas que las proyecciones en 4D consiguieron crear en los espectadores. 'El momento más esperado fue la quema virtual de la fachada y cuando se consumió en un juego óptico', aseguró el responsable de la pirotecnia concesionaria, Ricardo Caballer. El guión de esta edición, sobre la dureza y las emociones del Camino de Santiago, contó, como novedad, con una grabación en la que el actor Carlos Blanco dio vida al descubridor del sepulcro.
