El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha convertido una vez más en la estrella de un vídeo difundido por Internet, que esta vez le muestra muy enfadado en el estudio de la cadena pública France 3 en los prolegómenos de una entrevista en directo el pasado lunes.
Más de 550.000 personas vieron el martes la cinta, en la que Sarkozy echa pestes después de que un técnico de la cadena no le devolviera el saludo.
Esto fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Presidente, que había sido recibido por manifestantes con pancartas a su llegada a los estudios, en protesta por su decisión, anunciada el 25 de junio, de eliminar progresivamente la publicidad de la televisión pública a partir del 1 de enero.
Es una cuestión de educación...Cuando se está invitado uno tiene al menos el derecho a que la gente te salude...De lo contrario ya no estaríamos en un servicio público, sino con los manifestantes, afirma Sarkozy en un monólogo en el que añade: es increíble y muy grave.
En el plató se respira un ambiente glacial en el que los periodistas apenas hablan con un Sarkozy visiblemente incómodo, que pide la hora exacta y comenta que el estudio es muy bonito.
El Presidente sugiere a renglón seguido a los entrevistadores que le hagan una pregunta sobre un incidente en un cuartel en el que hubo varios heridos.
France 3 condenó el martes la difusión pirata de las imágenes y abrió una investigación sobre la filtración.
Pero el pulso entre la televisión pública y el Gobierno continuó hoy, después de que en una entrevista con la radio RTL el presidente de France Televisions, Patrick de Carolis, rechazara la reforma de Sarkozy y sus críticas a la programación, según él demasiado parecida a la de las cadenas privadas.
Carolis afirmó que las cuentas no cuadran en el plan de Sarkozy, que pretende financiar el audiovisual público con el 0,9 por ciento de la facturación de los operadores de telefonía fija y móvil y de proveedores de acceso a internet, así como con un gravamen del 3% sobre los ingresos publicitarios de las cadenas privadas.
Asimismo, calificó de falso, estúpido y profundamente injusto el que se diga que no hay diferencias entre la televisión pública y privada.
La respuesta del Gobierno fue inmediata, y mientras la ministra de Cultura, Christine Albanel, dijo que hay que evitar estos psicodramas, el consejero especial de Sarkozy, Henri Guaino, opinó que quizás sea conveniente sustituir a los dirigentes de France Televisions cuando el grupo cambie de estatuto, probablemente a finales de este año.
La última aparición estelar de Sarkozy en un vídeo por internet fue en febrero pasado cuando fue grabado con un teléfono móvil mientras le decía pues lárgate, pobre gilipollas a un hombre que se negó a estrecharle la mano y le espetó no me toques, que me ensucias.
Esto fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Presidente, que había sido recibido por manifestantes con pancartas a su llegada a los estudios, en protesta por su decisión, anunciada el 25 de junio, de eliminar progresivamente la publicidad de la televisión pública a partir del 1 de enero.
Es una cuestión de educación...Cuando se está invitado uno tiene al menos el derecho a que la gente te salude...De lo contrario ya no estaríamos en un servicio público, sino con los manifestantes, afirma Sarkozy en un monólogo en el que añade: es increíble y muy grave.
En el plató se respira un ambiente glacial en el que los periodistas apenas hablan con un Sarkozy visiblemente incómodo, que pide la hora exacta y comenta que el estudio es muy bonito.
El Presidente sugiere a renglón seguido a los entrevistadores que le hagan una pregunta sobre un incidente en un cuartel en el que hubo varios heridos.
France 3 condenó el martes la difusión pirata de las imágenes y abrió una investigación sobre la filtración.
Pero el pulso entre la televisión pública y el Gobierno continuó hoy, después de que en una entrevista con la radio RTL el presidente de France Televisions, Patrick de Carolis, rechazara la reforma de Sarkozy y sus críticas a la programación, según él demasiado parecida a la de las cadenas privadas.
Carolis afirmó que las cuentas no cuadran en el plan de Sarkozy, que pretende financiar el audiovisual público con el 0,9 por ciento de la facturación de los operadores de telefonía fija y móvil y de proveedores de acceso a internet, así como con un gravamen del 3% sobre los ingresos publicitarios de las cadenas privadas.
Asimismo, calificó de falso, estúpido y profundamente injusto el que se diga que no hay diferencias entre la televisión pública y privada.
La respuesta del Gobierno fue inmediata, y mientras la ministra de Cultura, Christine Albanel, dijo que hay que evitar estos psicodramas, el consejero especial de Sarkozy, Henri Guaino, opinó que quizás sea conveniente sustituir a los dirigentes de France Televisions cuando el grupo cambie de estatuto, probablemente a finales de este año.
La última aparición estelar de Sarkozy en un vídeo por internet fue en febrero pasado cuando fue grabado con un teléfono móvil mientras le decía pues lárgate, pobre gilipollas a un hombre que se negó a estrecharle la mano y le espetó no me toques, que me ensucias.
