Es tan auténtico, atrevido y gamberro como la propia serie. Reflexiones sobre la infancia, el sexo, la muerte, la fama…
A veces me encuentro cosas verdaderamente ingeniosas en Facebook. Hace no mucho, leía un cuadro que decía algo así:
Cómo saber si un juguete es para niños o niñas: ¿Utilizas tus genitales para jugar con él? Es un juguete para adultos ¿No utilizas tus genitales para jugar con él? Niños y niñas pueden usarlo. Pues algo parecido puede ser aplicado a los libros. Últimamente, no sé por qué, me caen en las manos muchísimos libros escritos por mujeres; libros cómicos – puntualizo – escritos por mujeres; libros cómicos con reflexiones muy inteligentes – ultrapuntualizo – escritos por mujeres. Y como no creo que se pueda recomendar nada mejor que unas buenas risas inteligentes, aún a riesgo de ser considerada proselitista, les hablaré de ellos.
El primero es de Lena Dunham (si son fans de las buenas series, les sonará el nombre de esta “enfant terrible” pues es la guionista, directora, productora ejecutiva y protagonista de la aclamada “Girls” de la HBO). Se titula “No soy esa clase de chica” y es tan auténtico, atrevido y gamberro como la propia serie. Reflexiones sobre la infancia, el sexo, la muerte, la fama… contadas de forma tan amena, ingeniosa y descarada que su lectura resulta absorbente.
El segundo es de Caitlin Moran, una bestia parda en todos los sentidos que quieran darle a estas palabras. Aunque su trayectoria no tenga nada que ver con la de Dunham, hay en ambos textos una inteligencia y un descarnado sentido del humor muy parecidos. El libro se titula “Cómo ser mujer” y, si son hombres y creen que, por ello, este es un libro que no tiene nada que ver con ustedes, vuelvan al primer párrafo de este artículo, cambien las palabra “Juguete” por “libro” y “Jugar con él” por “leerlo” y saquen conclusiones. Feliz lectura.
