Comenzar el año muy cuesta arriba

Los participantes iniciaron el recorrido de la prueba mirando hacia la cima.
photo_camera Los participantes iniciaron el recorrido de la prueba mirando hacia la cima.
La Subida á Costiña de Canedo reunió a un grupo de fieles

Ni la resaca “findeañera”, ni siquiera las fuertes lluvias que no dejaron descansar a Ourense durante el primero de enero y jornadas anteriores. Nada frenó a un nutrido grupo de valientes y fieles que quisieron mantener la tradición muy viva un año más. La subida a la Costiña de Canedo volvió a dejar huella entre las actividades deportivas de la Navidad. Una carrera para todos y todas, donde el reto consiste en alcanzar la meta como una suerte de rito iniciático para arrancar bien los doce próximos meses.

Veteranos con muchas “costiñas” a sus espaldas, jóvenes con ganas de mantener la llama encendida e incluso unos cuantos peludos de cuatro patas subieron la cuesta pendientes de la lluvia que caía por arriba y del agua que fluía por el suelo. También algún ciclista se unió a la fiesta pensando en el avituallamiento caliente que esperaba una vez finalizado un trayecto que se agarró más de la cuenta debido a las complicadas condiciones que tocó afrontar en esta edición.

Una jornada de atletismo a la vieja usanza que, contra viento y marea, volvió a cumplir con las expectativas. La llamada a la suerte está hecha. Ahora solo falta esperar a que el año que acaba de comenzar ponga de su parte. Y en unos meses, a repetir.

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