Uno de los grandes problemas de vivir en Galicia con la franja horaria que no corresponde es el desajuste de horas de luz y noche que se producen habitualmente cuando llegan los meses de invierno.
La diferencia, que es de hasta seis horas entre diciembre y junio, es uno de los factores que hace que muchos conductores se pasen los meses de invierno al volante durante más horas sin luz natural que con ella.
Evidentemente, el hecho de tener que circular con las luces y sin visibilidad es un punto muy a tener en cuenta, aunque contrariamente a lo que se podría pensar, el número de siniestros durante esa franja horaria es visiblemente inferior. También es cierto que el volumen de tráfico a esas horas es sensiblemente inferior y eso modifica las cifras.
De esta forma, el 70% de los siniestros viales en España se producen durante el día, tanto en ciudad como en carretera. Sin embargo, el índice de letalidad aumenta de forma clara cuando el sol se retira.
¿Qué es el índice de letalidad?
Para entender las cifras, es importante destacar que cuando se habla de índice de letalidad es el promedio entre víctimas y fallecidos en cada uno de los siniestros viales que suceden en España.
En ese sentido, la cifra es de 1,24 fallecidos en los siniestros que se producen durante las horas de día y de 1,68 en los de horario nocturno. Y aunque la cifra cada vez es menor (comparada con el más de 5,3 que se producía en el año 93), todavía sigue siendo alta.
¿Por qué se producen?
La mayor siniestralidad nocturna se debe a varios factores, pero principalmente a que la mayor parte de las indicaciones y datos que recibe un conductor se producen a través de la vista.
Por ello, cuando la luz desaparece y se depende únicamente de la luz que emite el vehículo y las señales reflectantes de la carretera, la peligrosidad aumenta y con ella el riesgo de tener un accidente.
Este índice aumenta especialmente en conductores con más de 55 años, por todas las dolencias asociadas al paso de los años y que afectan a la capacidad para conducir.
También es cierto que el sistema de alumbrado es uno de los elementos del vehículo al que menos atención se le presta, básicamente porque no se puede comprobar mientras circula y muchos conductores no tienen la experiencia suficiente para darse cuenta de que no tienen todas las luces en perfecto estado de revista.
Por suerte, muchos modelos ya incorporan sensores que notifican esa anomalía para cambiarla cuanto antes y es importante recordar que rodar con una luz fundida, ya sea delantera o trasera implica una sanción, completamente justificada por el riesgo que supone para el propio conductor y para los otros vehículos que circulan por las vías.
La ITV
En la inspección técnica de vehículos también notifican que gran parte de los defectos leves y graves que detectan están asociados a este sistema.
Según los datos publicados por el Ministerio de Industria en 2020, las ITV españolas detectaron más de seis millones de defectos leves en el alumbrado y señalización de los vehículos, mientras que la cifra de defectos graves se situó en 1,8 millones.
Este tipo de defectos duplican y triplican en algunos casos a otros más evidentes, como los de ruedas, neumáticos y suspensión, lo que denota la poca atención que se presta a un sistema realmente imprescindible en las carreteras de Galicia.
Riesgos principales
Durante la noche, los principales riesgos que puede encontrarse el conductor, al margen de los ya clásicos animales que se cruzan en la carretera, pueden ser la falta de visibilidad (por efectos atmosféricos o por mala iluminación), fatiga y sueño e incluso un mayor nivel de imprudencias.
Por ello, tanto las asociaciones como colectivos especializados en seguridad vial insisten en la necesidad de extremar las precauciones y de "escuchar" al cuerpo cuando el cansancio comience a hacer mella en el conductor.
En conclusión, a extremar las medidas de noche, todavía más.
