Crónica

La voz de las embarazadas

Cuatro de las 37 gestantes de la comarca de Monterrei relatan los miedos y preocupaciones ante la decisión del área sanitaria de que den a luz en el hospital de Ourense. "Isto é unha vergoña"

Adriana Álvarez sale de cuentas el 12 de diciembre. Vive en Rabal, un pueblo de Oímbra. Es una de las 37 embarazadas de la comarca de Verín que la gerencia del área sanitaria citó este lunes en el hospital de la localidad tras el cierre del paritorio, previsto para el próximo 1 de diciembre. "É unha vergoña que teña que ir ata alí. Son primeiriza, teño moito máis medo. Viñemos a unha reunión da que saímos igual que entramos, non nos explicaron nada".

Izaskun llegó hace cinco años a As Chas, otra aldea de Oímbra.  Como las demás, teme el momento de nervios en el que debe desplazarse durante más de una hora de trayecto en coche hasta el hospital de Ourense para parir. "Ya me había hecho a la idea del día que va a ser, te da tiempo a ducharte en casa, prepararte… ¿Qué hago ahora en Ourense? Ir hasta allí, súmale aparcar… Y encima, que te atienda el parto gente que no he visto en mi vida. Yo ya me imaginaba cómo iba a ser todo en Verín, he visto el paritorio, conozco a las matronas… ¿Ahora qué?".

Susana tiene 27 años y está embarazada de cuatro meses y medio. Reside en Verín, cerca del hospital comarcal. No tiene coche propio.  Es una de las mujeres que, megáfono en mano, cuestionó a Félix Rubial: "Si se produce algunha complicación mientras estoy de camino a Ourense y pierdo a mi hijo en la carretera, ¿quién se responsabiliza? ¿Usted?". "No tengo cómo ir hasta Ourense a parir. Voy a tener que ir en taxi porque parece ser que ni una ambulancia nos podrá llevar. ¿En qué situación me quedo yo si los que tienen que ayudarme me dejan desamparada? Yo podría parir aquí perfectamente. Tengo otro hijo. ¿Qué hago con él si me pongo de parto? Y no conozco a la gente que me atiende allí". Susana relata una mala experiencia con el nacimiento de su primer hijo: "Nació en Ourense y tuve que esperar al cambio de turno para que me pasasen al paritorio. No quiero repetir esa situación".

Patricia, de 36 años y embarazada de cinco meses, vive con miedo el momento del parto tras una cesárea de su primer hijo en Ourense. "Esto es una irresponsabilidad. Ya di a luz en Ourense y había tantas mujeres pariendo que estuve sola muchísimo tiempo antes del parto porque no podían atenderme. Me hacía ilusión que en Verín me pudieran atender de manera individual, que fuera un parto natural, respetado y humanizado. Ahora me da miedo que vuelva a ocurrir lo mismo, que tenga un parto medicalizado donde me sienta sola”. Añade que "meterme una hora de coche implica nervios y complicaciones". n

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