Tribunales

La medicación no afecta a los impulsos sexuales de un acusado de abusos

Joaquín P.F., en una foto en la Audiencia.
photo_camera Joaquín P.F., en una foto en la Audiencia.
Condenado a un año de prisión por manosear los pechos a una vecina

Joaquín P.F., el vecino de Verín juzgado este último viernes en el Penal 1 por abusos sexuales, ha sido condenado a un año de prisión por manosear los pechos a una vecina de la villa en 2019. La sentencia no aprecia la atenuante de anomalía o alteración psíquica que invocó la defensa en caso de condena en base al informe del forense que exploró y analizó el historial médico del investigado.

La pericial médica concluye que Joaquín "no presenta enfermedad alguna que afecte o pueda afectar a los fundamentos psicobiológicos de los que depende su imputabilidad ". El inculpado tiene prescrita medicación pero desde el 2013 lleva sin acudir a la consulta del psiquiatra. Eso sí, el inculpado admitió en la entrevista con el facultativo que tenía ganas de tocar el culo y las tetas y le echó la culpa a la quetiapina, un fármaco antipisicótico que se prescribe para determinados trastornos mentales. Pero, según el perito, ese medicamento no es el causante de esa conducta. "La medicación que toma no afecta al control de los impulsos y Joaquín no tiene problemas para controlarlos, por lo que no procede apreciar la atenuante peticionada por la defensa", asegura la jueza en su pronunciamiento.

Los hechos por los que fue condenado ocurrieron el 19 de febrero de 2019, sobre las siete de la tarde, cuando la denunciante, de 62 años, se encontraba en las inmediaciones de la calle Galicia. En un momento dado, el acusado la agarró por la espalda con fuerza al tiempo que manoseaba sus senos  y le decía: "¡Qué buena estás!". En el momento en que se separó de él, consiguió reconocerlo ya que lo había visto con anterioridad por la calle y en alguna ocasión le dijo cosas que la obligaron a cambiar de acera. La perjudicada llegó a casa y llamó llorando a una amiga, quien le aconsejó que denunciaron al inculpado.

Este no es el primer delito sexual en el que se ve implicado. El pasado año estuvo en prisión provisional por intentar agredir sexualmente a una octogenaria en su propia casa e incumplir una orden de alejamiento.

En noviembre, aceptó en la Audiencia de Ourense dos años de prisión y multa de 720 euros por tocamientos a dos menores de 13 años, a la que abordó en plena calle. 

En la misma sentencia que le fue notificada este lunes, no podrá aproximarse y comunicar con la víctima durante los próximos dos años y medio . La distancia de seguridad quedó establecida en 200 metros. 

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