CRÓNICA

Reencuentro en Os Remedios

photo_camera Misa y procesión en el Santuario de Os Remedios. (Vídeo: C.C.).
Como marca la tradición -y la fe-, el Santuario de Os Remedios acogió ayer la misa y procesión en honor a su Virgen, a la que acudieron vecinos de Verín y comarca. Una cita de devoción, pero también de recuerdos y reencuentros.

Os Remedios volvió a brillar. A pesar de las nubes y el día gris. La Virgen salió del Santuario, elegante y distinguida, al compás de la música de la Banda de Gaitas de Verín. Tras ella, sacerdotes, autoridades y devotos. Volvió, como cada 8 de septiembre, para que vecinos y visitantes se reencuentren, vivan su fe y pidan por los seres queridos para “atopar o remedio”. 

“É tradición vir aquí cada ano”, cuentan Mari Carmen González y María José Franco -madre e hija-. “Ela está aquí perenne dende o inicio da novena”, afirma la hija sobre su madre, quien asegura, emocionada, que “este ano a novena foi preciosa, todos os días”. Pero no solo los de Verín se acercan al santuario de Vilamaior. Octavio Lorenzo y Natividad Esperanza viven en Avilés y tienen marcado en el calendario esta fecha: “Tenemos una casa en Mandín, y venimos unos meses de vacaciones al pueblo, siempre aprovechamos en acercarnos aquí para ver la misa y comer el pulpo”, aseguran.

Entre campanas, muchos miraban al santuario asombrados por su belleza, donde la fe siempre está presente. Fe que se mezcla con recuerdos de una tradición que va de generación en generación. “Este é o primeiro ano que non imos comer aquí, dende o coronavirus perdeuse, pero antes recordo que todo o campo estaba cheo de xente comendo coa familia e amigos, era un día ben bonito”, relata Mariano García, quien acompañado de su hijo, Roberto, no faltó a la cita. “É unha pena que se perda a tradición da comida despois da misa, sería bonito recuperala”, señala el joven, vecino de Queirugás. 

Como ellos, Nicolas García, Silvia García y Lucía Fernández, vecinos de Vilamaior, recuerdan como se llenaba de “farrapeiras” el pinar del santuario. Tortillas, empanadas, pulpo y vino corrían de un lado a otro. Los niños también. “Lo recuerdo como si fuera hoy, de pequeña venía todos los años a comer aquí con la familia”, cuenta Silvia, acompañada de su padre Nicolas. “Eu veño todos os anos e Silvia este ano puido vir de Barcelona para reencontrarse coa familia e amigos”, apunta el patriarca, orgulloso de mantener la peregrinación a Os Remedios. Como Lucía, que desde Santiago cogió su coche para poder disfrutar del día festivo en el hogar. 

 Y es que el Santuario de Os Remedios se llena durante toda la novena -que comenzó el 30 de agosto- de vecinos que rezan y piden a la Virgen, pero también de aquellos que tienen como tradición acudir a este espacio para reencontrarse con aquellos que non ven a diario. “É moi bonito que os que están fora veñan este día, é algo moi noso”, añade Nicolas García mientras disfruta de la compañía de su hija y amigos. Ayer todo eran abrazos y sonrisas tras dos años “a medio gas”.

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