Visitar Castrelo do Val es ya de por sí un auténtico lujo en plena naturaleza, donde se pueden realizar numerosas rutas senderistas para conocer a fondo el municipio. Y tras el “turisteo”, a todo el mundo le gusta poder disfrutar un momento de descanso. Conocedores de ello, los vecinos de este concello ourensano han abierto negocios hosteleros y establecimientos para pernoctar, disfrutando cuidados con mimo y todo tipo de detalles para que a los visitantes no les falte de nada en su estancia en Castrelo do Val.
Es el caso de la aldea rural “A Cortiña”, en el núcleo poblacional de Pepín. Parada obligatoria para degustar las hamburguesas gigantes que preparan sus propietarios, además de una amplia carta para “chuparse los dedos”. Un clásico en la comarca. El bar y restaurante de A Cortiña está solo en funcionamiento durante los meses de verano, tras esta época estival cerrará sus puertas hasta la próxima temporada. El alojamiento, que cuenta con dos apartamentos con una habitación y otros dos con dos habitaciones, están disponibles los 12 meses del año. En un enclave rodeado de naturaleza, con una piscina para refrescarse en los días de más calor y con una atención de sobresaliente, es un lugar ideal para pasar unos días de desconexión y descanso.
Punto de encuentro
En el valle y capitalidad municipal se encuentra uno de los puntos de encuentro más conocidos del lugar: O Bar do Lito, al que no faltan a diario los vecinos de Castrelo, pero al que también acuden desde los concellos limítrofes de la zona. Algunos clientes lo califican como un espacio con un “ambiente hogareño”, algo que logran con el cariño y atención de sus trabajadores.
A pocos kilómetros se conserva una taberna de las de siempre, de esas que ya no quedan en el concello por falta de relevo generacional. Es la taberna Benigno, en Nocedo do Val. Allí no faltan las partidas de cartas, el café solo con hielo y las cervezas frescas a última hora de la tarde.
En la montaña
Y subiendo la montaña, en el núcleo poblacional de Campobecerros, los turistas se encuentran con varias opciones para descansar, y también para comer. Allí se localizan el restaurante y pensión Casa Núñez y el Albergue da Rosario. Esto se debe a que esta aldea -de gran extensión- es tramo de la Vía da Prata del Camino de Santiago, a la que llegan numerosos peregrinos. En su día también fue un lugar muy concurrido por las obras del AVE. En el Albergue da Rosario los visitantes podrán pernoctar a un módico precio.
Por su parte, Casa Núñez, que antes era conocida como O Merendeiro, es un lugar de encuentro entre vecinos y visitantes. Allí los cafés o cervezas están a la orden del día, pero también los menús en su restaurante. Con más de 40 años de vida, el restaurante sigue siendo lugar de referencia. La pensión, con cuatro habitaciones, lleva 20 años funcionando y se le auguran otros tantos más.
Así, existen variadas opciones para sentarse a tomar algo, comer o dormir. Y todo ello contemplando paisajes espectaculares.
