Los análisis realizados en el Campus de Ourense certifican la alta calidad que presenta el manantial
Las mejores previsiones del bipartito verinense se han confirmado en las últimas horas. Los primeros estudios elaborados por el Campus del Agua de la Universidad de Vigo con su sede en Ourense acaban de confirmar, a la espera de los oportunos contranálisis que ya se aguardan desde la capital olívica, que el balneario de Caldeliñas conserva de manera intacta las principales propiedades mineromedicinales de sus aguas, que ya en su día fueron objeto de uso no solo para su degustración sino también para sus oportunas aplicaciones dérmicas.
El resultado del estudio supone el segundo de los espaldarazos a la iniciativa del Concello de Verín, después de que semanas atrás las primeras prospecciones en el antiguo manantial certificasen la presencia de gran cantidad de agua en su subsuelo.
Las aguas de Caldeliñas, según el estudio del Campus, no difieren mucho de sus homólogas en la comarca. Mantienen elevados registros en bicarbonatos, más de 1.292 mg/l, cuando los valores habituales no suelen exceder los 350. Son también ricas en fluoruros, los indicadores termales fluctúan entre el 0,1 y la unidad de miligramos por litro extraído, y en Caldeliñas se supera la decena. Contienen importantes cantidades en sodio -con una concentración cinco veces superior al máximo de los indicadores habituales-, potasio -dos veces más de la media- y litio, con más del doble.
Gerardo Seoane, el alcalde, se mostraba ilusionado porque "creo que acabaremos desarrollando un gran proyecto en ese balneario, con la ventaja de que es propiedad de todos los verinenses", apuntó. Entre los principales proyectos que ya se barajan, una vez que las propiedades tópicas del agua de Caldeliñas estén totalmente contrastadas, es el de su comercialización en envases presurizados, sin mayor aditivo que el gas inerte que incremente la presión dentro del recipiente. El líquido elemento será envasado directamente con el fin de que sus propiedades permanezcan intactas.
Seoane Fidalgo confirmó ayer que el primero de los actos administrativos para la aprobación del plan especial del nuevo balneario y geriátrico en las inmediaciones de Caldeliñas superó satisfactoriamente las exigencias medioambientales.
Indicadas para las dolencias de la piel
El balneario de Caldeliñas fue un pujante establecimiento termal durante los siglos XIX y XX, hasta que cerró sus puertas en los años 60 del siglo pasado. En el año 2005 fue adquirido por el ayuntamiento de Verín. Tradicionalmente sus aguas eran recomendadas para tratamientos de la piel, de ahí que el Concello verinense le dé un enfoque especial a su futura explotación, dirigiéndola hacia la vertiente industrial de la cosmética, barajando todas las fórmulas posibles.
El balneario, del que sólo quedan las ruinas, constaba de dos edificaciones, una al lado de la carretera, en la que están situados los manantiales, tres piscinas y los vestuarios. La otra edificación se destinaba al almacenamiento del agua, junto con los baños, duchas y salas de inhalación. Sus aguas nacen en un terreno arcilloso, acompañadas por burbujas y desde la fuente se dirigían a una pequeña piscina, en la que también brotaba agua con burbujas de gas.
Según un informe técnico realizado sobre el manantial, este ofrece un caudal de 83 litros por minuto, a una temperatura de 24 grados. Se trata de un agua incolora, inodora y con un sabor ligeramente alcalino. Estas aguas estaban especialmente indicadas para las dolencias de la piel y el tratamiento del reumatismo, mediante el baño y técnicas externas.
