Los comuneros arrendaron los terrenos por 30 años a dos bodegas y a dos inversores privados
Las asociaciones de montes en mano común de la comarca tienen otra opción más para rentabilizar sus baldíos terrenos, la del alquiler de los mismos para distintos usos. Así lo ha entendido la junta rectora de la de Vilamaior, en Verín, que acaba de suscribir un contrato de arrendamiento con dos bodegas integrantes de la Denominación de Origen y otros dos productores a título particular para poner a su disposición más de 10 hectáreas en las inmediaciones del santuario de Os Remedios.
Se trata de un acuerdo fijado por un mínimo de 30 años y adoptado después de que los propios interesados en plantar allí vid comprobasen que la superficie ofertada cumplía los requisitos mínimos para la producción de uva.
Crego y Monaguillo y Vinos Lara, curiosamente las dos firmas vinculadas con la anterior presidenta y el actual del consejo regulador de la denominación de origen, están detrás de la iniciativa, abanderando una oportunidad económica para los titulares de predios sin ningún aprovechamiento, como puede ser el caso.
José Antonio Silva, de Vinos Lara, expresó que "esta opción puede ser una posibilidad para muchas comunidades de montes con amplias extensiones de territorio y sin ocupación productiva alguna". Aunque, como así reitera el también presidente de la D.O., "no tiene por qué ser exclusivamente una opción solo para la vid, muy cerca de aquí tenemos una importante zona de producción de castaña o, incluso, podría destinarse a la ganadería extensiva".
PRECEDENTE EN BUSTELO
El acuerdo alcanzado entre ese grupo de empresarios del sector vinícola y la asociación de montes en mano común de Vilamaior no es nuevo. Bustelo, en el Concello de Vilardevós, ya percibe desde hace años una importante cantidad económica por el arriendo de más de 150 hectáreas de sus terrenos a bodegueros, entre ellos, la propietaria de la marca Martín Códax.
Aunque el precio varía en función de las condiciones de la superficie que se ceda para la plantación, la media por hectárea fluctúa entre los 150 y los 200 euros. "No es una cantidad elevada -dice Da Silva-, pero son recursos garantizados a una comunidad que puede reutilizarlos en beneficio del colectivo", concluye.
