Unas 150 viviendas destruidas y 5.500 evacuados por el fuego que asola California, bajo el estado de emergencia

Los bomberos durante la exintición en Montecito. (Foto: EFE)
Los incendios que asolan el sur de California, en Estados Unidos, han provocado que el gobernador Arnold Schwarzenegger, decrete el estado de emergencia, después de que se hayan detruido casi 150 viviendas, alrededor de 5.500 personas fuesen evacuadas y al menos 13 resultasen heridas.
El principal fuego se originó ayer y ya lleva quemadas más de 810 hectáreas, la mayoría de ellas en las áreas cercanas a la ciudad de Montecito, considerada la séptima zona más cara de Estados Unidos y habitual refugio de ricos y famosos, entre ellos los actores Michael Douglas o Rob Lowe, o la presentadora Oprah Winfrey.

Schwarzenegger ordenó un aumento de las acciones de extinción y ha incrementado los recursos y efectivos destinados a apagar este fuego, cuya virulencia sigue siendo máxima. ‘La madre naturaleza se ha hecho con el poder’, señaló en rueda de prensa el jefe de Bomberos de Montecito, Kevin Wallace, portavoz de una impotencia sentida por sus 650 compañeros.

Por su parte, la alcaldesa de Montecito, Marty Blum, anticipó en rueda de prensa que ahora todo depende de los vientos y si en las próximas horas solpna más fuerte. Asefuró que si suben su fuerza la zona ‘estará en problema’, confiando en que esto no pase y comience a controlarse el caos.

‘Es el apocalipsis absoluto’, declaró Lowe en una entrevista dada precisamente a Winfrey, quienes se pueden considerar afortunados por no haber sufrido las peores consecuencias de las llamas. A las viviendas destruidas y los heridos, la mayoría de ellos a causa de la inhalación del humo, se añadió un fallecido, un hombre de 98 años que según la CNN había sido evacuado de su vivienda y cuyo estado de salud ya se encontraba delicado.

Otra de las damnificadas, Rosie Neeley, contó a los medios de comunicación cómo vio su casa arder. ‘Supimos que era demasiado tarde’, lamentó, mientras una pareja, Cheryl y Gary Jensen, lloraba por su casa de 2 millones de dólares, ahora reducida a cenizas.

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