Un 25 de abril de luto en Portugal por Miguel Portas

El eurodiputado luso Miguel Portas. (Foto: ARCHIVO)
Justo en la fecha tan señalada para Portugal como es el 25 de abril fallece uno de sus personajes más importantes para cuanto significa el día de los 'claveles'. Muere el fundador del Bloco de Esquerda, y hasta ahora eurodiputado Miguel Portas (Lisboa, uno de mayo de 1958).
Luchador incansable por los ideales de izquierda, periodista y economista, batalló hasta última hora contra el cáncer de pulmón en Bélgica donde fallecía.

Muy activo en el Parlamento europeo, entre sus propuestas destacó aquella en la que pedía un control de gastos, por ejemplo de viajes, de los parlamentarios ya que algunos cobraban por desplazarse en plaza preferente y luego con un chanchullo lo hacían en turística embolsándose la diferencia. Era, sin embargo, una de las muchas intervenciones a las que los 'interesados' hacían oídos sordos. Además se manifestó en contra de las dietas y del número de personas que trabajan en la UE.

Pierde la más pura izquierda europea un referente culto, tranquilo y claro, con privilegiada inteligencia, y coherente. A ello añadía un componente fundamental: su delicadeza y sensibilidad amable, nada agresivo más que para defender sus postulados ideológicos, algo que hacía con pasión.

Hermano del ministro de Exteriores portugués, Paulo Portas, aunque curiosamente en el lugar opuesto de la política lusa. Se da así la curiosa circunstancia de que un hermano se sitúa en el lugar más a la derecha (CDS-PP) y el otro en extrema izquierda (BE).

En una ocasión coincidí con Miguel Portas en Mealhada y le comenté este dato. Me respondió con una sonrisa amable y me dijo: 'Todos los domingos, cuando podemos, comemos con mi madre y me gustaría que viese el clima fraternal'. Así era él, y Paulo Portas vivió intensamente y de manera muy cercana la enfermedad de su hermano. Pierde Portugal con ello un ejemplo de ese estilo capaz de posponer diferencias ideológicas anteponiendo la humanidad, el dialogo, el corazón y las buenas formas. Y precisamente ese testimonio es contundente para los momentos de crisis y para cuantos utilizan ideologías para la acritud, la confrontación agria y en suma desestabilizadora.

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