Bélgica rompe registros con un año de gobierno en funciones

La crisis política en Bélgica, causada por el desencuentro de francófonos y flamencos, cumplió ayer un año, justamente en la víspera de la enésima ronda de negociaciones entre los principales partidos del país para tratar de encarrilar la situación. Hace un año, el rey Alberto II aceptó la dimisión del primer ministro, el democristiano flamenco Yves Leterme, tras lo cual se sucedieron unas elecciones anticipadas en junio y media docena de intentos para formar Ejecutivo, que no llevaron a Bélgica más que al libro Guinness de los récords.
El negociador real, el democristiano flamenco Wouter Beke, se reunirá con los presidentes de los dos partidos más votadosn en esas elecciones, el socialista francófono (PS) Elio di Rupo y el separatista flamenco (N-VA) Bart De Wever. Este último fue acusado ayer por el primer ministro en funciones, que sigue siendo Leterme un año después, de entorpecer la formación de un nuevo ejecutivo.

'Formar un Gobierno no es el objetivo principal de la N-VA', comentó Leterme en la radio pública francófona RTBF, donde consideró que los soberanistas flamencos, que exigen una profunda reforma del Estado antes de formar una nueva coalición gubernamental, no han asumido aún su victoria electoral. El resto de partidos también mostraron su interés en que progresen los contactos para superar la parálisis política.

La presidenta del CDH (democristiano francófono) y viceprimera ministra, Joëlle Milquet, dijo que 'ha llegado el momento de que los principales partidos de Bélgica vuelvan a sentarse a la mesa de negociación'. En el mismo sentido se pronunció el presidente del partido liberal flamenco (Open Vld), Alexander De Croo.

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