INDEPENDENCIA

La consulta escocesa cuestiona el liderazgo de David Cameron

photo_camera Un joven muestra una bandera escocesa con un "sí" escrito en ella en Edimburgo (GRAHAM STUART)

Criticado en su partido, el primer ministro insiste en que no dimitirá aunque triunfe el sí en el referéndum

El primer ministro británico, David Cameron, se juega su futuro en el referéndum de independencia de Escocia del próximo día 18, que puede dar la puntilla a un liderazgo ya cuestionado entre las filas conservadoras. Un voto favorable a la independencia haría pasar a Cameron a la historia como el jefe de Gobierno que permitió la escisión de Escocia después de 307 años.

Aunque el primer ministro y líder conservador insiste en que no dimitirá si triunfa la opción separatista en el referéndum que se celebra dentro de diez días, muchos en este país lo dudan, cuando apenas faltan meses para los comicios generales de mayo de 2015.

Fue Cameron quien el 15 de octubre de 2012 acordó con el ministro principal escocés, el independentista Alex Salmond, la celebración de ese histórico referéndum, aceptó un calendario a casi dos años vista, permitió que la palabra "independencia" figurase en la consulta y prometió que el resultado sería vinculante.

Cameron afronta el referéndum del día 18 cuestionado por sus siempre inquietos correligionarios conservadores, que le reprochan su falta de dureza ante los avances del partido antieuropeo UKIP y varios errores de juicio, como cuando perdió en agosto de 2013 la votación para intervenir militarmente en Siria. Si el "sí" triunfa, el liderazgo de Cameron en el Partido Conservador y Unionista (su nombre completo) sería prácticamente insostenible.

Los "tories" podrían reclamar un voto de confianza sobre el "premier" en la Cámara de los Comunes -necesitarían al menos el apoyo de 46 diputados- o uno de sus miembros podría cuestionar su liderazgo, como cuando en 1990 Margaret Thatcher se vio abocada a abandonar Downing Street por una revuelta interna.

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