Envió una carta al Parlamento tibetano en el exilio en la que pide el inicio de una reforma democrática

El dalai lama hace oficial su petición de retiro político

El dalai lama, líder de Tibet (Foto: ARCHIVO)
El dalái lama pidió ayer al Parlamento tibetano el inicio de una reforma democrática que le permita desligarse del poder político y garantizar a su muerte la permanencia de las instituciones en el exilio. 'Si debemos seguir en el exilio durante varias décadas más, habrá un momento inevitable en el que no podré ser más el líder', afirmó el dalái, de 75 años, en un mensaje enviado al Parlamento tibetano en el exilio, reunido desde ayer.
'Para que nuestro proceso de democratización esté completo, llegó el momento para mí de delegar mi autoridad formal en un líder elegido', añadió Tenzin Gyatso, que ocupa el decimocuarto lugar en la histórica estirpe de los dalái. La intención de ceder el poder político había sido anunciada por el dalái lama el pasado día 10, en un comunicado emitido con motivo del 52 aniversario de la fallida insurrección tibetana contra China, que lo llevó al exilio en la India. Su decisión, dijo ayer, responde al deseo de 'asegurar la continuidad de la Administración en el exilio hasta resolver el asunto del Tíbet', con la creencia de que 'el gobierno de una sola persona es anacrónico e indeseable'.

La pelota queda ahora en el tejado del Parlamento tibetano en el exilio, ubicado en la ciudad norteña india de Dharamsala, que debatirá a partir de hoy si acepta la petición del dalái, dijo el secretario de la Cámara, Tenzin Norbu. El dalái lama lideró el movimiento tibetano en el exilio desde su huida de Lhasa, pero justificó el retraso en ofrecer su retirada por la 'falta de experiencia y madurez de las instituciones democráticas' que fueron gestando los dirigentes exiliados. 'Es necesario que establezcamos un sistema de gobierno adecuado mientras yo tenga capacidad y salud, para que la Administración tibetana sea autosuficiente y no dependa del dalái lama', pidió a los diputados.

Aprobar su petición requerirá anular varias viejas promulgaciones políticas anteriores, y, sobre todo, reformar el instrumento que rige la organización política de las instituciones tibetanas, la Carta de los Tibetanos en el exilio, aprobada en 1991.

El dalái lama encabeza un sistema todavía teocrático, que aúna en su figura el poder político y el religioso, aunque él mismo dijo que vive en un semi-retiro de la política y no tiene previsto acudir a la reunión que celebra el Parlamento en estos días.

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