La organización humanitaria Human Rights Watch ha denunciado este martes que la muerte de once niños durante un ataque aéreo efectuado el pasado domingo cerca de Damasco se debió al uso de bombas de racimo por parte del Ejército del régimen. En todo el país continúan los enfrentamientos, este martes han muerto en las afueras de la ciudad de Idlib al menos 20 personas por un bombardeo.
La muerte de once niños durante un ataque aéreo efectuado el pasado domingo sobre Deir al Asafir, una localidad en poder de los rebeldes situada a solo doce kilómetros de Damasco, se debió al uso de bombas de racimo por parte del Ejército del régimen sirio de Bashar al Assad, según ha denunciado la organización humanitaria Human Rihgts Watch.
De acuerdo con las imágenes de vídeo y de los testimonios de los vecinos, al menos once niños perdieron la vida. Un residente aseguró a Human Rights Watch que una de las bombas impactó sobre una zona en la que jugaban al menos 20 niños.
'Este ataque demuestra que las bombas de racimo matan sin discriminar entre civiles y militares', declaró la responsable sobre armas de Human Rights Watch, Mary Wareham. 'Debido a los devastadores daños que causan a los civiles, las bombas de racimo no deben utilizarse por nadie, en ningún lugar y en ningún momento', añadió.
Según los testigos, no había ninguna base del grupo armado rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) cerca de la zona del ataque. 'No hay equipo, maquinaria ni nada que pertenezca al ELS en el campo ni cerca de las granjas', declaró un vecino a Human Rights Watch. 'No hay vehículos ni maquinaria del ELS, los soldados del ELS no viven en zonas residenciales', aseguró otro.
'Human Rights Watch no ha podido confirmar por fuente independiente la presencia o no de combatientes, pero la gran cantidad de niños que jugaban en el exterior en el momento del ataque podría indicar que no había ningún enfrentamiento armado en la zona inmediata', aseguró la organización.
Los enfrentamientos y ataques se siguen produciendo también lejos de la capital. Las fuerzas leales a Bashar al Assad han lanzado un ataque aéreo sobre una planta de procesamiento de aceite de oliva que se encuentra cerca de la ciudad de Idlib, en el norte del país.
El activista Tareq Abdelhaq ha señalado que al menos 20 personas murieron y 50 resultaron heridas en el ataque, citando a residentes cercanos a la fábrica de aceite Abu Hilal, ubicada a dos kilómetros de Idlib.
Entretanto, al noroeste de la ciudad de Alepo, un misil lanzado por los opositores al régimen ha logrado derribar un helicóptero del Ejército cerca de la base Jeque Suleiman.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos , con sede en Londres pero que cuenta con observadores y colaboradores sobre el terreno en toda Siria, el pasado lunes murieron al menos 136 personas, de las cuales 46 eran civiles, 47 combatientes rebeldes, 47 soldados regulares, y una un soldado desertor.
JORDANIA PIDE AYUDA PARA LOS REFUGIADOS
En el país vecino, Jordania, el rey Abdulá II bin Hussein ha subrayado la necesidad de que Naciones Unidas establezca un plan de contingencia para hacer frente a la situación de los refugiados sirios en caso de que la crisis en el país se deteriore aún más.
Durante una reunión con la secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, Abdulá II ha enumerado los servicios que están prestando las autoridades jordanas a los refugiados sirios que han entrado al país, cifra que asciende hasta los 240.000.
Por su parte, el Gobierno de Francia va a aportar una nueva 'ayuda financiera directa' de 1,2 millones de euros a la Coalición Nacional de las Fuerzas de Oposición y de la Revolución Siria (CNFORS) en concepto de 'ayuda de urgencia humanitaria', según ha anunciado el ministro galo de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, en un comunicado.
Asimismo, según el comunicado, Francia aportará una ayuda complementaria a los refugiados sirios en Irak, Jordania y Líbano y subvencionará, con 300.000 euros, una serie de proyectos puestos en marcha por las organizaciones no gubernamentales. 'La situación humanitaria en Siria se está deteriorando y es necesario que la comunidad internacional actúe', manifestó Fabius.
De acuerdo con las imágenes de vídeo y de los testimonios de los vecinos, al menos once niños perdieron la vida. Un residente aseguró a Human Rights Watch que una de las bombas impactó sobre una zona en la que jugaban al menos 20 niños.
'Este ataque demuestra que las bombas de racimo matan sin discriminar entre civiles y militares', declaró la responsable sobre armas de Human Rights Watch, Mary Wareham. 'Debido a los devastadores daños que causan a los civiles, las bombas de racimo no deben utilizarse por nadie, en ningún lugar y en ningún momento', añadió.
Según los testigos, no había ninguna base del grupo armado rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) cerca de la zona del ataque. 'No hay equipo, maquinaria ni nada que pertenezca al ELS en el campo ni cerca de las granjas', declaró un vecino a Human Rights Watch. 'No hay vehículos ni maquinaria del ELS, los soldados del ELS no viven en zonas residenciales', aseguró otro.
'Human Rights Watch no ha podido confirmar por fuente independiente la presencia o no de combatientes, pero la gran cantidad de niños que jugaban en el exterior en el momento del ataque podría indicar que no había ningún enfrentamiento armado en la zona inmediata', aseguró la organización.
Los enfrentamientos y ataques se siguen produciendo también lejos de la capital. Las fuerzas leales a Bashar al Assad han lanzado un ataque aéreo sobre una planta de procesamiento de aceite de oliva que se encuentra cerca de la ciudad de Idlib, en el norte del país.
El activista Tareq Abdelhaq ha señalado que al menos 20 personas murieron y 50 resultaron heridas en el ataque, citando a residentes cercanos a la fábrica de aceite Abu Hilal, ubicada a dos kilómetros de Idlib.
Entretanto, al noroeste de la ciudad de Alepo, un misil lanzado por los opositores al régimen ha logrado derribar un helicóptero del Ejército cerca de la base Jeque Suleiman.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos , con sede en Londres pero que cuenta con observadores y colaboradores sobre el terreno en toda Siria, el pasado lunes murieron al menos 136 personas, de las cuales 46 eran civiles, 47 combatientes rebeldes, 47 soldados regulares, y una un soldado desertor.
JORDANIA PIDE AYUDA PARA LOS REFUGIADOS
En el país vecino, Jordania, el rey Abdulá II bin Hussein ha subrayado la necesidad de que Naciones Unidas establezca un plan de contingencia para hacer frente a la situación de los refugiados sirios en caso de que la crisis en el país se deteriore aún más.
Durante una reunión con la secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, Abdulá II ha enumerado los servicios que están prestando las autoridades jordanas a los refugiados sirios que han entrado al país, cifra que asciende hasta los 240.000.
Por su parte, el Gobierno de Francia va a aportar una nueva 'ayuda financiera directa' de 1,2 millones de euros a la Coalición Nacional de las Fuerzas de Oposición y de la Revolución Siria (CNFORS) en concepto de 'ayuda de urgencia humanitaria', según ha anunciado el ministro galo de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, en un comunicado.
Asimismo, según el comunicado, Francia aportará una ayuda complementaria a los refugiados sirios en Irak, Jordania y Líbano y subvencionará, con 300.000 euros, una serie de proyectos puestos en marcha por las organizaciones no gubernamentales. 'La situación humanitaria en Siria se está deteriorando y es necesario que la comunidad internacional actúe', manifestó Fabius.
