El fiscal general asegura que el Gobierno está determinado a encontrar la verdad, 'sea cual sea'

México no descarta ninguna hipótesis sobre el caso Pemex

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, conversa con uno de los heridos en la explosión en la sede de Pemex.
Las autoridades de México no descartan ninguna hipótesis sobre la explosión en la sede central de Petróleos Mexicanos (Pemex) que el pasado jueves causó al menos 33 muertos y 121 heridos, y deja abierta hasta la posibilidad de un atentado. 'El Gobierno está determinado a encontrar la verdad de los hechos, sea cual sea. Si se trata de un accidente, si se trata de una imprudencia, si se trata de un atentado, sea lo que sea', afirmó ayer el fiscal general de México, Jesús Murillo Karam.
La explosión sacudió el corazón de la empresa más importante del país, que genera el 40% de los ingresos del fisco, al que aporta el 70% de sus ventas, y que emplea a unas 150.000 personas.

Mientras siguen las labores en el complejo corporativo de Pemex, en el barrio capitalino de Anzures, los peritos comenzaron ayer las labores para rescatar pruebas que indiquen qué causó la fuerte explosión que destruyó parcialmente uno de los edificios.

En las tareas participan expertos nacionales y extranjeros, civiles y militares, que realizan sus actividades mientras equipos de rescate intentan llegar a los lugares más recónditos, que tuvieron que ser apuntalados para reforzar su estructura.

El director general de Pemex, Emilio Lozoya, declaró ayer que todo apunta a que la explosión se debió a un accidente de naturaleza aún desconocida, aunque también dijo que 'todas las líneas de investigación están abiertas'.

Murillo Karam, sin embargo, fue más cauto aún, pidió tiempo para sacar conclusiones del peritaje y ofreció transparencia para, dijo, 'no dejar nada a la imaginación'. 'Estamos trabajando sobre todas las posibilidades, no vamos a desechar ninguna', insistió Murillo en la rueda de prensa que ofreció, teniendo a su lado los escombros del edificio que se vio severamente dañado por la explosión.

El titular de la Procuraduría General de la República (PGR) llamó la atención sobre algo que también sorprendió a las autoridades sanitarias: no hay rastros de fuego, no hay heridos por quemaduras y hasta los papeles de la zona dañada aparecieron sin daños.

El siniestro, uno de los más graves en la historia de Pemex, creada en 1938 poco después de la nacionalización de los recursos petroleros, ha conmocionado al país, que ya sufre desde hace varios años una ola de inseguridad por las acciones del narcotráfico que cada año causa miles de muertos.

El presidente de la República mexicana, Enrique Peña Nieto, anunció que el país estará en duelo nacional durante tres días. 'México está en luto y está en duelo', afirmó el gobernante en una reunión con empresarios, poco después de visitar en el hospital a las víctimas de la tragedia de Pemex.

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