Sus victorias en Arizona y Michigan le consolidan como el mejor colocado para enfrentarse a Obama

Romney gana dos estados más en las primarias republicanas

El aspirante presidencial republicano Mitt Romney se dirige a sus seguidores en Michigan. (Foto: J. KOWALSKY)
El aspirante republicano Mitt Romney salvó la papeleta al ganar las primarias en el estado de Michigan, donde una derrota hubiese sido fatal, y en Arizona, por lo que llega consolidado a la cita del próximo martes, en la que se juegan en un solo día varios estados clave. Romney, exgobernador de Massachusetts, pudo respirar al proclamarse ganador de las primarias de Michigan, pese a que las encuestas pronosticaban un posible vuelco a favor del exsenador de Pensilvania Rick Santorum.
'No ganamos por mucho pero sí lo suficiente, que es lo que importa', indicó Romney rodeado de sus simpatizantes poco después de que Santorum le llamase por teléfono para concederle la victoria en Michigan, que se inclinó a su favor por un estrecho margen. Romney se mostró confiado en su victoria en la primarias y en las elecciones presidenciales de noviembre para convertirse en presidente y reconstruir el país de las 'políticas amenazantes' de Obama.


TENSIÓN EN AUMENTO

Un eufórico y confiado Romney reconoció que el 'súper martes' de la semana que viene será 'de mucha tensión', ya que en sólo un día los aspirantes republicanos se juegan diez estados y el mayor número simultáneo de delegados.

La victoria más rentable para Romney fue la de Arizona, donde se impuso con absoluta claridad, y en la que automáticamente se adjudicó 30 delegados, que se suman a los 127 que ya tenía asegurados para la convención republicana de l próximo mes de agosto. Los otros dos aspirantes, el expresidente de la Cámara de Representante Newt Gingrich y el congresista texano Ron Paul pasaron desapercibidos en este nuevo asalto en la batalla republicana que cada vez parece más cosa de dos.

LOS ELECTORES OPTAN POR EL VOTO ÚTIL

Los votantes de Michigan decidieron inclinarse por el voto útil y dar su apoyo a Romney frente a Santorum, quien paradójicamente no se ganó el apoyo mayoritario de los católicos, pese a su ideas religiosas extremistas y a tener como rival a un mormón. Romney tenía que ganar obligatoriamente en Michigan para mantener su estatus de favorito en la carrera por la candidatura republicana: su padre fue gobernador del estado y él mismo nació y se crió allí. Una derrota en el 'estado del guante' hubiera representado una durísima bofetada de los votantes republicanos a un aspirante que no termina de seducir a las bases del partido y hubiera puesto en peligro toda su estrategia para imponerse en las primarias.

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