El presidente, Nicolas Sarkozy, anunció hoy que recortará en un tercio el componente aéreo del arsenal nuclear de Francia y propuso a la comunidad internacional la apertura de negociaciones para prohibir los misiles tierra-tierra de corto y medio alcance, entre otras iniciativas de desarme.
Así, Sarkozy llamó a negociar un tratado sobre la prohibición de la producción de materias fisiles para armas nucleares y a una moratoria inmediata sobre la misma, además de instar a todos los países a ratificar el tratado de prohibición de pruebas nucleares, y a desmantelar todas sus instalaciones de ensayos atómicos.
La propuesta de negociar un tratado que prohíba los misiles tierra-tierra de corto y medio alcance tiene como objetivo combatir la proliferación nuclear, dado que estas armas pueden estar dotados de cabezas atómicas, explicaron fuentes francesas.
El presidente hizo éstas y otras propuestas en un discurso en Cherburgo (noroeste del país) con motivo del lanzamiento del nuevo submarino nuclear lanzamisiles Terrible, que entrará en servicio en 2010 y que será el primero equipado con los nuevos misiles balísticos M51.
Al anunciar su decisión de recortar en un tercio el número de armas nucleares, misiles y aviones del componente aéreo atómico de Francia, Sarkozy precisó que después de este recorte el arsenal francés tendrá menos de 300 cabezas nucleares.
Es la mitad del número máximo de cabezas que tuvo durante la guerra fría, aseguró Sarkozy, al explicar que Francia aplica el principio de estricta suficiencia y mantiene su arsenal al nivel más bajo posible, compatible con el contexto estratégico.
Señaló que al dar el dato sobre el número de sus cabezas atómicas, Francia es plenamente transparente, y confirmó que ninguna de sus armas está dirigida contra un objetivo.
Por otra parte, y tras afirmar que las fuerzas nucleares francesas, por su mera existencia, son un elemento clave de la seguridad de Europa, propuso a los socios europeos de Francia que lo deseen un diálogo abierto sobre el papel de la disuasión y su contribución a nuestra seguridad común.
Nuestro compromiso con la seguridad de nuestros socios europeos es la expresión natural de nuestra unión cada vez más estrecha, dijo Sarkozy.
Tras calificar de ejemplar y único en el mundo el balance de Francia en materia de desarme nuclear, recalcó que la base misma de la seguridad colectiva y del desarme es la reciprocidad, antes de lanzar diversas propuestas de desarme.
Después de recordar que en el mundo hay ocho Estados que han declarado haber efectuado pruebas nucleares, propuso a la comunidad internacional un plan de acción, con el que llamó a las potencias atómicas a comprometerse resueltamente, de aquí a la conferencia sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 2010.
Instó a todos los países a ratificar el Tratado de prohibición completa de las pruebas nucleares, empezando con China y Estados Unidos que lo firmaron en 1996, y llamó a las potencias nucleares a desmantelar todas sus instalaciones de pruebas nucleares.
Después de plantear la apertura de negociaciones sobre un tratado de prohibición de los misiles tierra-tierra de corto o medio alcance, pidió a todos los países que se adhieran y apliquen el llamado Código de conducta de La Haya contra la proliferación de misiles balísticos, como hace Francia.
En paralelo, la comunidad internacional debe movilizarse en todos los otros terrenos del desarme, agregó, al prometer que Francia aportará su contribución.
Sarkozy concluyó su intervención con un mensaje a los franceses de que su seguridad será asegurada ante las amenazas del mundo: Francia no bajará la guardia en la salvaguarda de sus intereses vitales.
La propuesta de negociar un tratado que prohíba los misiles tierra-tierra de corto y medio alcance tiene como objetivo combatir la proliferación nuclear, dado que estas armas pueden estar dotados de cabezas atómicas, explicaron fuentes francesas.
El presidente hizo éstas y otras propuestas en un discurso en Cherburgo (noroeste del país) con motivo del lanzamiento del nuevo submarino nuclear lanzamisiles Terrible, que entrará en servicio en 2010 y que será el primero equipado con los nuevos misiles balísticos M51.
Al anunciar su decisión de recortar en un tercio el número de armas nucleares, misiles y aviones del componente aéreo atómico de Francia, Sarkozy precisó que después de este recorte el arsenal francés tendrá menos de 300 cabezas nucleares.
Es la mitad del número máximo de cabezas que tuvo durante la guerra fría, aseguró Sarkozy, al explicar que Francia aplica el principio de estricta suficiencia y mantiene su arsenal al nivel más bajo posible, compatible con el contexto estratégico.
Señaló que al dar el dato sobre el número de sus cabezas atómicas, Francia es plenamente transparente, y confirmó que ninguna de sus armas está dirigida contra un objetivo.
Por otra parte, y tras afirmar que las fuerzas nucleares francesas, por su mera existencia, son un elemento clave de la seguridad de Europa, propuso a los socios europeos de Francia que lo deseen un diálogo abierto sobre el papel de la disuasión y su contribución a nuestra seguridad común.
Nuestro compromiso con la seguridad de nuestros socios europeos es la expresión natural de nuestra unión cada vez más estrecha, dijo Sarkozy.
Tras calificar de ejemplar y único en el mundo el balance de Francia en materia de desarme nuclear, recalcó que la base misma de la seguridad colectiva y del desarme es la reciprocidad, antes de lanzar diversas propuestas de desarme.
Después de recordar que en el mundo hay ocho Estados que han declarado haber efectuado pruebas nucleares, propuso a la comunidad internacional un plan de acción, con el que llamó a las potencias atómicas a comprometerse resueltamente, de aquí a la conferencia sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 2010.
Instó a todos los países a ratificar el Tratado de prohibición completa de las pruebas nucleares, empezando con China y Estados Unidos que lo firmaron en 1996, y llamó a las potencias nucleares a desmantelar todas sus instalaciones de pruebas nucleares.
Después de plantear la apertura de negociaciones sobre un tratado de prohibición de los misiles tierra-tierra de corto o medio alcance, pidió a todos los países que se adhieran y apliquen el llamado Código de conducta de La Haya contra la proliferación de misiles balísticos, como hace Francia.
En paralelo, la comunidad internacional debe movilizarse en todos los otros terrenos del desarme, agregó, al prometer que Francia aportará su contribución.
Sarkozy concluyó su intervención con un mensaje a los franceses de que su seguridad será asegurada ante las amenazas del mundo: Francia no bajará la guardia en la salvaguarda de sus intereses vitales.