Los tokiotas eligieron ayer como nuevo gobernador de la capital nipona a Yoichi Masuzoe, un controvertido exministro apoyado por el principal partido conservador de Japón, y descartaron a su vez el mensaje antinuclear defendido por varios candidatos rivales.
Masuzoe, ministro de Sanidad entre 2007 y 2009, se impuso claramente a los otros 16 candidatos que concurrían. Aunque se presentaba como independiente (al igual que el resto de los principales aspirantes) el exministro estuvo respaldado por el conservador y gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) del primer ministro, Shinzo Abe, que hizo campaña por él.
JUEGOS OLÍMPICOS
El nuevo gobernador asume el que se considera el segundo cargo político más importante en Japón y tendrá como una de sus principales misiones preparar la capital nipona para los Juegos Olímpicos de 2020.
Masuozoe ha sido criticado en varias ocasiones por sus comentarios misóginos o por aspectos de su vida personal, aunque al mismo tiempo ha sido una figura valorada por sus propuestas para modernizar al PLD, del que se escindió en 2010, o por defender un modelo con más autonomía para las distintas regiones de Japón.
Masuzoe impuso un planteamiento que defendía un modelo de ciudad más amable, una mejor preparación en caso de terremotos y una dependencia transitoria de la energía nuclear hasta que Tokio y el resto del país desarrollen un nuevo modelo energético.
JUEGOS OLÍMPICOS
El nuevo gobernador asume el que se considera el segundo cargo político más importante en Japón y tendrá como una de sus principales misiones preparar la capital nipona para los Juegos Olímpicos de 2020.
Masuozoe ha sido criticado en varias ocasiones por sus comentarios misóginos o por aspectos de su vida personal, aunque al mismo tiempo ha sido una figura valorada por sus propuestas para modernizar al PLD, del que se escindió en 2010, o por defender un modelo con más autonomía para las distintas regiones de Japón.
Masuzoe impuso un planteamiento que defendía un modelo de ciudad más amable, una mejor preparación en caso de terremotos y una dependencia transitoria de la energía nuclear hasta que Tokio y el resto del país desarrollen un nuevo modelo energético.
